viernes, 13 de agosto de 2021

Cronopio: Conservación de los Recuerdos


 


Cronopio: Conservación de los Recuerdos
Por Sergio David Hernández Sánchez

Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la
siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo
envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra
la pared de la sala, con un cartelito que dice: «Excursión a Quilmes», o:
«Frank Sinatra».

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los
recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el
medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen:
«No vayas a lastimarte», y también: «Cuidado con los escalones.» Es por
eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las
de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se
quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza
comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.


 Tristeza de Cronopio

por: Sebastián Castro 


 A la salida del Luna Park un cronopio advierte que su reloj atrasa, que su reloj atrasa, que su reloj. Tristeza del cronopio frente a una multitud de famas [que remonta Corrientes a las once y veinte y él, objeto verde y húmedo, marcha a las once y cuarto. Meditación del cronopio: «Es tarde, pero menos tarde [para mí que para los famas, para los famas es cinco minutos más tarde, llegarán a sus casas más tarde, se acostarán más tarde. Yo tengo un reloj con menos vida, con menos casa [y menos acostarme, yo soy un cronopio desdichado y húmedo.» Mientras toma café en el Richmond de Florida, moja él cronopio una tostada con sus lágrimas [naturales.