jueves, 29 de abril de 2021

Cronopio: Neblina


 Por: Samantha Rodríguez

La mayoría de luciérnagas tienen alas.

La mayoría de luciérnagas tienen destellos de luz.

La mayoría de luciérnagas brillan en la oscuridad.

La mayoría de luciérnagas…

Pero yo, yo no tengo alas, las veo, las siento, están rotas ¿Y de qué sirven unas alas agrietadas?

¿Destellos de luz? Me quema la luz, tal vez el foco de mi vida está averiado, está apagado, tal vez por miedo, miedo a la incandescencia.

¿Brillar en la oscuridad? Pero si temo, la conozco y es mi más fiel compañía, traidora y constante contradicción pues nunca acompaña, siempre estoy en ella, me hago sinónimo de su definición y, a pesar de nacer para ser luz soy todo lo contrario.

Mi nombre es neblina, voy por el mundo pintando, intentando llenar de color hasta el más diminuto rincón, pero infortunadamente, mis pinceladas y retinas solo retratan una vida a blanco y negro.  

Me presento, mi nombre es neblina, no soy una luciérnaga, soy la paleta de un pintor suicida.


miércoles, 28 de abril de 2021

Cronopio: Costumbres de los famas


 Por: Javier Vera.

Sucedió que un fama bailaba tregua y bailaba cátala delante de un  

almacén lleno de cronopios y esperanzas. Las más irritadas eran las esperanzas porque buscan siempre que los famas no bailen tregua ni cátala sino espera, que es el baile que conocen los cronopios y las esperanzas. Los famas se sitúan a propósito delante de los almacenes, y esta vez el

fama bailaba tregua y bailaba cátala para molestar a las esperanzas. Una de las esperanzas dejó en el suelo su pez de flauta —pues las esperanzas, como el Rey del Mar, están siempre asistidas de peces de flauta— y salió a imprecar al fama, diciéndole así: —Fama, no bailes tregua ni cátala delante de este almacén. El fama seguía bailando y se reía. La esperanza llamó a otras esperanzas, y los cronopios formaron corro
para ver lo que pasaría. —Fama —dijeron las esperanzas—. No bailes tregua ni cátala delante
de este almacén. Pero el fama bailaba y se reía, para menoscabar a las esperanzas. Entonces las esperanzas se arrojaron sobre el fama y lo lastimaron. Lo
dejaron caído al lado de un palenque, y el fama se quejaba, envuelto en su sangre y su tristeza. Los cronopios vinieron furtivamente, esos objetos verdes y húmedos.
Rodeaban al fama y lo compadecían, diciéndole así: —Cronopio cronopio cronopio. Y el fama comprendía, y su soledad era menos amarga.

Cronopio: Sobre qué son los humanos


 Bucky Esteban Santana Garcia

 

Hay en un mundo algo de lo que goza el niño, la joven, el adulto y la anciana, y si gozan estos ¿por qué no gozan todos? ¿Por qué no gozan unos? los todos y los unos, gozan, pero solo algunos. Hay todos y unos que no pueden gozar de esa cosa y cuando gozan ya no son todos ni son unos.

Eso de lo que gozan algunos tiene que ver con algunas criaturas no-unos, no-todos, son criaturas que han estado incluso antes que los todos y que los unos, criaturas que, según versiones, les dieron la bienvenida a esos unos y esos todos. Con el paso del tiempo de todos y unos surgieron los niños, las jóvenes, los adultos, y las ancianas, que entendieron que esas criaturas no-todos, no-unos, son iguales a ellos en muchas cosas. Cuando entendieron estas cosas algo les hizo tener gozo, pero también aflicción, pues los todos y los unos por carencia de gozo maltratan a esas criaturas que consideran inferiores, pero ignoran que ellos mismos son esas criaturas. Diferentes en algunos sentidos, pero iguales. Entendieron que ellos, los unos y los todos, estaban siempre siguiendo y siendo esas criaturas, entonces en el placer de amar esas criaturas entenderían su naturaleza y por consiguiente la suya propia. Los niños, las jóvenes, los adultos y las ancianas se harán llamar

humanos.


A la hora del café

 


A la hora del café

Un cronopio, en su estado más natural, pensó en la extrañeza de los famas. Tan meticulosos, tan discretos, tan puestos en sí que daban asco… pero propio. El cronopio se sentó, preparó un expreso que sirvió con 3 cucharadas de café molido previamente medidas, de igual forma el azúcar. Sirvió leche en un vaso aparte, pasó por medio del desorden que era su casa, la cual compartia con 5 cronopios. Llegó a la sala y se sentó a leer, sin embargo, no se pudo concentrar. Sirvió leche en su café la cual se derramo. No le importo, le gustaba que pasara eso.  Entonces, siguió pensando en el infortunio de los famas, tan estrictos, tan monótonos. Arrancó una de las hojas y el reloj marco las 3, como siempre se puso a ordenar su casa pues los otros cronopios siempre mandaban sobre él, lavando pensó ahora en la desdicha de los esperanzas, sin carácter, dejándose llevar por todo y por nada. Termino y salió a caminar porque se le antojó, sintió el fresco aire en su rostro, suspiro, sonrio y se sintió feliz de ser un cronopio.


Cristian Torres.








martes, 27 de abril de 2021

Cronopio: Biyoo

 

Por: Andrés Stiven Acero Montealegre

El cronopio esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos entre alegres gritos. Pasan de las cosas más conmovedoras y son seres muy raros.  Biyoo un cronopio extremadamente perezoso y desinteresado pasa sus días caminando sin prestarle atención a muchas cosas. Este cronopio en particular camina sin presta mucha atención a lo que sucedan en su entono y solo se preocupa por seguir adelante caminando sin parar y luego camina un poco más. Su personalidad no es la más perfecta de todas, por su puesto, recibió educación como otros cronopios, sin embargo, nunca comprendió realmente lo que le estaban enseñando solo pretendía entender. Muchas veces se preguntaba si iba en la dirección correcta pero aun así seguía caminando y luego caminaba un poco más. Muchas veces se detuvo en un punto y miro atrás perdió el interés y siguió caminado un poco más. Como es evidente a Biyoo le gustaba caminar quizá sin un propósito en concreto, sin embargo,  pensó que si se detenía no podría volver a coger el ritmo. Es cierto, le inquietaba y le daba curiosidad  si llegaría a un final del camino, pensó un rato y se dio cuenta que en realidad esto no importaba y siguió caminando. Es evidente, Biyoo no solo se la pasaba  caminando, a veces se detenía a tomar un respiro momentáneo y seguía caminando un poco más. Que siguiera caminando no significa que Biyoo no se relacionara con otros cronopios, por su puesto,  saludaba a los conocidos si se los encontraba caminando y luego se despedía preguntándose si los volvería a ver, pensó un rato y se dio cuenta que realmente no importaba: siguió caminando y luego camino un poco más sin detenerse.

 


Cronopio: Destino

 

Por: Tania Xiomara Becerra Peña

Destino no quiere estudiar, considera venerable dormir en su ciudad favorita y perforar la realidad que tanto la domina. Por ello, toma sus sabanas fuertemente, mientras intenta entrar sin ganas a una nueva sesión. Domina su manta y cierra los ojos con suavidad. Su mayor alegría al despertar―de la realidad― es encontrar a su mejor amigo Toto, en sus grandes aventuras crean hombres de nieve, ángeles de barro y marionetas de mantequilla. La maravillosa ciudad del desierto dulce pasa a ser el mayor anhelo de Destino. Oh Destino, Destino, ella no vive, sueña, consuela con su almohada sus fantasías más blancas y suaves, acumula recuerdos en su melena, para cepillarlos con nostalgia en los enredos de su alma.

Fuerte, grumosa, sin mente apasionada por su mundo, toca una flor que poco a poco tiñe su cabello de miles colores, sin necesidad de tintes, agua oxigenada y fuerte picazón en el cuero cabelludo. Aparentemente no sufre, sonríe cual orquídea, babeando sin percatarse, burbujeando sus deseos y con gran apetito comiendo arboles gigantes de chocolate. Ella no llora, aunque se astille la boca, pues sus lagrimas se enconden bajo su piel.

Toto le consuela, pues sus quejas parecen cantos a la naturaleza fantástica y oscurece sus ojos al entender que no hay provecho sin dolor y no hay dolor sin miedo. De este modo, su pequeño amigo suele llamarle “destino” el cruel destino con sonrisa larga, retrataba poco a poco las posibilidades del aleteo de una mariposa destruyendo el tiempo, construyendo un nuevo modo de vivir el tiempo. Y así es Destino, pues no toma en cuenta el tiempo, muerde arboles de chocolate, toca flores, huele el césped y juega con pequeños animales, hasta descubrir que el tiempo no le controla, el fin e inicio son ella. Poco después un ruido le sueña, regresando a su cuarto oscuro, acompañada de su laptop hablante, en una clase que no concuerda con su deseada realidad.

Cronopio: El almuerzo

 




Por: Lisa Solórzano

En el Cronopio habla sobre un termómetro de vidas, la representación que se encuentra es en un árbol ya que estos tiene largas vidas, después al describir sobre el infra-vida, para-vida, inter-vida y súper-vida se puede representar como las cuatro estaciones y mostrar cómo estas se vinculan con el árbol y la vida, además representar el momento en el almuerzo cuando todos creían estar refiriéndose a las mismas cosas y no era así, relacionarlo con la idea de pensar que todas las estaciones son climas pero que ninguna se parece.


lunes, 26 de abril de 2021

Cronopio: El planeta Dozz


 Por: Dayanna Guerrero

EL PLANETA DOZZ

Y es que existe un gran planeta casi perfectamente redondo lleno de verde alegría, azulito transparente y blanco azucarado. Quizás todos los que están leyendo lo conozcan. Pero hay algo que no saben, existen muchos pequeños planetas dentro del gran planeta con creaturas maravillosas que imitan a los humanos.

Era un día muy importante para el planeta Dozz, determinante para el futuro de toda la “nación”. Todas las niñas y niños estaban haciendo fila para el momento de sus vidas. Aquellas diminutas creaturas con formas antropomorfas de palo y hojas recibirían el gran intercambio.

Todas y todos en las inmensas filas bailaban y cantaban de alegría. Todos menos ella, ella lloraba como si se le desgarrara el alma. Ella no quería que le cambiaran las bellas flores amarillas que colgaban de su cuerpo por estúpidas monedas acuñadas con la imagen de hombres que ni conocía. Simplemente no entendía la emoción de los otros.


domingo, 25 de abril de 2021

Cronopio: La determinada indeterminación.

 Cronopio: La determinada indeterminación. 

De los últimos días enterrados en la niebla del campo. No existe nadie en aquella esquina. La indeterminada indeterminación construye los fuegos de su manía: es el movimiento del pensamiento que recorre el cielo sin flecha fija. Gobierna desde la parte más baja y alta de mis entrañas los actos realizados sin contraste. Postrada en la ambigüedad de los montes. Sentada en el arco de fuego se ríe y desafía las consecuencias del tiempo. Es una noción inconsciente que busca una emoción perdida, no sabe qué hará pero ya tiene en su pecho condiciones preestablecidas. 

Voluntad, determinada indeterminación. Ella busca trascender el tiempo, viajar en las mentes y abandonarlas luego. Escribe por mí, ya que sacas de forma inmediata hermosos sonidos y silencios. 


Juan Camilo Rios.