viernes, 4 de diciembre de 2020

Melancolía. Por Juan Andrés Trujillo Rodríguez



 Lo Lo melanco-loco que tiene en dominio mi alma siempre altera.

Altera emociones, pensamientos, reflexiones y hasta respiraciones. Lo loco hace que la melancolía tenga sentido. Qué sería, qué debía ser? Un buen melancólico acaso o como todo en discordia se basa, y lo bueno y lo malo y yo.

Sulfúrico el sentimiento, en vació, pero no sufrido. Doliente o complacido. Discordia aquí y allá, aquí y ahora demonios que vienen y van. A veces errante en interpretación, a veces ególatra con la significación. O es que el signo no me dio más para poder interpretarlo? Estaré limitado, pues no sé quién eres, o que ontología te precede, si andas en discordia, o en armonía. Lo que sé, es que nunca te entenderé, lo que sé es que nunca me entenderé. Y tú tan oculto en la manifestación del Todo y yo manifestando tu existencia, de la que nadie puede tener certeza, de la que nadie puede asumir como falsa o verdadera. Pero ahí está: el conjunto que lo abarca Todo. Entonces, no tienes contradicción, la contradicción la tengo yo, la discordia aunque me afecte no te afecta a ti.
Qué si eres bueno o malo, lo eres Todo.
Y yo aquí, melancólica esencia que existe, y tú acá y allá en lo mínimo y lo basto, en el no y en el si, o en el ser y no ser. Qué será de mí, camello dolido ido y vivido que no sabe qué hacer.

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