Por: Nicolás Reyes
No quiero hacerlo. Por qué. La impertinencia no deja ser una
molestia para muchos.
Yo estaba ahí cansado, aburrido, no quería hacerlo. Pero,
con decirlo el problema se agudizo.
Así es, yo creí hacer algo valiente; ahora siento
cuan valioso es el silencio.
Al jefe no se le puede refutar.
De hacerlo no
queda más que aceptar las consecuencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario