miércoles, 21 de octubre de 2020

Cronopio: Conducta en los velorios

 


Por Edwin Betancourt


Conducta en los velorios es un texto de Cortázar en el cual, como siempre de su pluma, se funden las realidades trastocadas y fantásticas. El texto narra una familia que tienen una danza y un ritual para cuando se da un velorio. El texto nos esconde sin embargo la realidad de estos personajes quienes al parecer son de ultratumba. Esta última semana la Muerte ha tocado esta puerta y luego de leer El Eclipse de la muerte de Robert Redecker di con este texto de Cortázar sin querer. En este texto, los muertos pasean alrededor del féretro; discuten y actúan en la cotidianidad negra. Se efectúan y logran abarcar el mundo que no vemos. ¿Quizá nuestros muertos están cerca, rondando nuestras plegarias, nuestros suspiros? Ellos también sufren la incandescente cercanía de otros cuerpos que no le son propios. Esperando y confiando que nos escuchen, no queda otra más que agradecerles sus otras vidas.

lunes, 19 de octubre de 2020



Recreación de cronopio; "Conducta en los velorios"

Por Camila Arévalo


CIRCO DEL DOLOR 


Sociedad anónima de lagrimas y baile; se ofrece un servicio especializado en la hipocresía y la apariencia de dolor. Nadie notara que es ficción, pues nos movemos por el impulso de recrear uno de los sentimientos que ha de ser puro, pero que cuando se trata de apariencias parece sencillo de disfrazar.

Para representar la historia de Cortázar he tomado dos elementos sencillos de leer. El primero se trata de un enso zen de origen japonés que representa el equilibrio y la armonía espiritual, con la intención de simbolizar lo que podría ser la búsqueda de la perfección en el ciclo de la vida, seguido de las flores que componen desde la cultura general todo el rito de la ceremonia de la muerte.

La muerte, representada desde su forma más "original" simboliza no solo la turbación de la vida y el ciclo, sino que en este caso específico por medio del baile. No posee expresión alguna en su rostro precisamente porque simboliza el circo que muchas veces, como lo enuncia Cortázar, se ve mediado por los hipócritas sociales, que esconden su verdadero sentir en lagrimas que conmuevan a las masas, o en lo que más convenga a la situación. 



sábado, 17 de octubre de 2020

 

Cronopio: Pegue la estampilla en el ángulo superior derecho del sobre



por Felipe Castro García

La simpleza del fama, ante la intempestuosidad del cronopio, me resultó bastante interesante y por eso escogí este cronopio.

En la personificación grafica de cada personaje, decidí hacer al fama un ser viviente volador, que no toca el piso y no deja huella, pues es muy cómodo, levita, de una manera que aún no logro comprender. En su cuerpo hay retazos de oro, pequeñas insignias, diplomas, resultados y cosas que le dan al fama un significado al cual aferrarse y ser

Su color es, además, el gris, ese que tanto simboliza las ciudades, el sin sabor, la neutralidad deprimente, el humo de los autos. Su cara es triangular y dorada, como el prototipo en el que se basan todos los trofeos, y en el centro de este está un gran ojo que les basta y sobra para lo poco que se permiten ver.

El cronopio, siempre húmedo, siempre con las emociones a flor de piel, está espantando a un cartero a quien le recrimina lo horribles que son las estampillas de las cartas. En fin ¿qué más puedo decir? es un cronopio.

Cronopio "Conservación de los recuerdos"

Juan Diego Beltrán.


 En este microcuento, Cortázar, nos ofrece una caracterización amorfa de los cronopios y de las famas, en el que, a pesar de no haber una descripción puntual de su apariencia física sí se ofrece al lector lo suficiente para imaginar la personalidad de ellos.

Escogí representar el cronopio, este se caracteriza por ser más libertino, más tibio y conservar sus recuerdos dejándolos ser y andar por toda la casa.  A diferencia de los famas, que pretenden tener mucho más control sobre ellos. El cronopio me pareció un personaje especial por su pasividad frente a lo suyo, por ello elegí hacer un pequeño retrato de éste (aprovechando la libertad de creación que permite Cortázar en sus cuentos) y su relación con los recuerdos. 

En este caso expresado el cuerpo del cronopio como delicado pero a la vez distinto de lo humano, y los recuerdos representados por la figura de una libélula con el objetivo de recrear la libertad y lo frágil de las memorias del personaje, además de ilustrar también el breve contacto entre el cronopio y sus memorias, para exaltar, entre otras, el trato cálido y la relación de este con los recuerdos.


CRONOPIO: PROGRESO Y RETROCESO

Si matas una cucaracha eres un héroe. Si matas una hermosa mariposa, eres malo. La moral tiene criterios estéticos. 

Por: Jilary Aranda Daza



El escrito escogido hace referencia a la invención del cazamoscas, expone brevemente la manera en la cual se llegó a producir aquel artefacto y finaliza de la siguiente manera:

En seguida inventaron el cazamoscas con un terrón de azúcar dentro, y muchas moscas morían desesperadas. Así acabó toda posible confraternidad con estos animales dignos de mejor suerte. (Cortazar, 1962)

En la ilustración realizada no me limite a exponer lo expuesto con Cortázar sino que decidí ir un poco más allá, ilustrando como el ser humano da muerte a cierta serie de animales considerados “malos” (cucarachas, moscas, alacranes, salamancas, entre otros), promoviendo una actitud indiferente ante la muerte de ciertas especies, las cuales, en diversas ocasiones, no representan peligro ni riesgo de ningún tipo para el sujeto.  



LISTA DE REFERENCIAS

1.      Cortázar, J. (2016). Historias de cronopios y de famas. Alfaguara.




Por: Camilo Andrés Gómez Mora 

Entender, interconectar, ser un autómata viviendo el sueño programado de estar consciente. Quedar famélico e inexpresivo frente a una realidad donde el calor, el frio, los olores fétidos y agradables son las cosas más primarias e intensas de existir. Leer con los ánimos del mero seso científico, del mero pensamiento elucubrador de ideas, sin entender que comprender siempre será un asunto que atañe a la incertidumbre, comprender encierra ese, a veces terrorífico, a veces confortable, no saber, no poder predecir. Por eso el abrazar las palabras, saborearlas de manera intensa, cuando un caudal de vitalidad recorre la espalda y termina por rebosarse en una lagrima, o una carcajada. He ahí la necesidad primordial de la idea vivida, que recobra sentido no solo en un entendimiento conceptual y cerebral, sino en una compresión afectiva de la cual comprender y pensar es sinónimo también de sentir. 

Más que concentrarme propiamente en uno de los cronopios para escribir esto, quise centrarme en una sensación que tuve al leer este tipo de texto al cual no estoy tan acostumbrado. Al ser de alguna manera más narrativo, se requiere seguir una lectura no tan mecánica, como suele ser en algunos de los textos de filosofía y pedagogía. No quiero decir que siempre sea mecánica, pero el hecho de estar siempre pendientes de las interconexiones conceptuales, o preguntándose “¿qué tan ávida es nuestra lectura?” o “¿Qué tan coherente es nuestro entendimiento acerca de tal texto?” nos olvidamos precisamente de una de las cosas más importantes y es cómo eso nos llega, cómo nos hace sentir. Saber que las lecturas que estudiamos las codificamos de manera distinta, ya no es propiamente el pensamiento puro del autor/a extraído por nosotros, sino que esa explicación esta mediada por el estado de ánimo en el cual nos encontramos en ese momento, también por la tradición cultural que nos antecede y nos procede, etc. Por lo cual el acto de comprender el texto, o también el contexto no puede ser algo idealizado en el supuesto de una abstracción, sino que en vez de preocuparnos en un primer momento por extraer las ideas importantes, y entender la generalidad del texto, es comprender cómo nos hace situarnos a nosotros y sentirnos, para que la lectura sea más provechosa y no se queda famélica, sin emotividad, sin afecto.

viernes, 16 de octubre de 2020

Cronopio: Flor y un cronopio

 

Por Juliana Velásquez Cortés

Flor y un cronopio es un microcuento que entre todos los opcionados este me ha capturado por una frase en particular "Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil", la acción de arrancar la flor me suscita al hecho de poseerla, de hacerla suya, como si le quitaran libertad a la flor, y que para una flor estar libremente en ese campo enraizada en la tierra lo es todo, si la arrancan le habrán quitado la libertad de seguir viviendo, sin embargo, el cronopio piensa que es cruel hacerle eso a la flor, mejor dejarla ahí, de nada serviría cosa contraria, a su pesar aniquilaría su belleza y con ella su vitalidad. 

En el dibujo en particular quise representar lo que Cortázar describe como cronopio, dando características a lo largo de las historias, como que son verdes, húmedos, erizados, desordenados... no atribuye forma alguna, le puse brazos y piernas que ahora que lo pienso, parece un intento de humanizar al cronopio, pues parece "alguien" y por ende debe tener extremedidades, puesto que caminan y agarran, sin embargo no se sabe qué es un cronopio, dibujo lo que a la imaginación sugiere el texto; aparte de húmedos, como ya se dijo, parece que también son tibios los cronopios, así que puse naranja en su piel como reflejo de ello y erizado sin un orden, así, éste cronopio en vez de arrancar la flor se ha sentado a contemplarla, jugar con ella, olerla y dejarse sobrecoger de una paz, parece un cronopio enfrentandose a lo sublime y esto me parece sumamente poetico así que no he podido dejarlo pasar. Ahora, dibuje una flor "extraña" no tiene pétalos comunes sino como ramas rosadas que se enroscan y finalizan en un punto brillante, porque al extraño cronopio, cosas extrañas acontecen y un extraño mundo habita!! 

Cronopio "Los Relojes"


Realizado por Luisa Fernanda Pérez Heredia


En este dibujo se representa el reloj "Alcaucil" que el cronopio hizo sostenido por un tallo a la pared. El cronopio marca la hora, cualquier hora que desee. Sus brazos mantienen con vida su tiempo, uno de ellos es azul y el otro rojo en representación a las venas y arterias de nuestro cuerpo haciendo posible su movimiento. Además, el color azul se asemeja a la alegría del cronopio y el rojo queda abierto a nuestra imaginación.
Por otro lado, se refleja cómo el cronopio al estar en el centro de su tiempo es como si siempre viviera el presente, una vez se acaba cada una de las hojas de la alcachofa que son momentos vividos, tal vez, recuerdos; se van haciendo más lejanos, separados unos de otros y pequeños, en comparación con el orden, la unidad y cercanía de las hojas de la alcachofa cuando hacen parte de ese alcaucil central. No obstante, entre más se vive, más pronto se nos desgasta el tiempo, pero hay un bello final; una rosa violeta digna de ser comida sin tiempo; tal vez en la eternidad.


Cronopio: Aplastamiento de las gotas.


Por: Stefania Matiz.

Lo que más me llamo la atención de este relato, fue la manera en que metafóricamente el autor logra plasmar (por medio de unas gotas de lluvia) cómo existen dos tipos de personas y cómo estás afrontan su propia existencia de formas muy opuestas.

Por un lado, explica como existen personas que son capaces de aferrarse a la vida misma sin importar en qué situación se encuentren, como si encontraran un nuevo motivo cada vez más fuerte y que este les diera la razón para seguir viviendo.

Por otro lado, explica como hay personas que no deciden luchar ni aferrarse nada. Personas que deciden morir sin obtener ningún tipo de experiencia, muriendo jóvenes tanto en cuerpo como mente. Por lo que, lo único que queda es simplemente decirles adiós sin más.

También quise interpretar que esta idea fuera proveniente de un gato, ya que, aparte de ser una divinidad protectora para el Antiguo Egipto, también llegaron a representar a la diosa Bastet. Esta diosa simbolizaba el poder del sol, la protección del hogar y la alegría de vivir.




 Por: Laura Daniela López Barragán 


he querido representar en mi dibujo algunas de las cosas que caracterizan a los cronopios, y también algunos elementos que pertenecen a la lectura, tales como la alcachofa (el reloj), las flores y el amor del cronopio por la música. Le he dado una forma muy corpórea, y esto se debe a que siento que un cronopio es casi como una persona del común, quise hacer referencia a que el cronopio tiene una especie de sensibilidad ante la naturaleza, siento como si él fluyese con ella. 

Ahora bien, con su corporeidad he querido representar la despreocupación ante la vida que un cronopio tiene, también su similitud un poco con la actitud de un niño, que inmerso en sus actividades toma la vida con un poco más de relajo y disfrutando lo que hace (como los cronopios en la fábrica de mangueras).  

CRONOPIO Y FAMAS: CONSERVACIÓN DE LOS RECUERDOS

 

Cronopio sin famas.

Nicolás Pérez

Estos dibujos los relaciono bastante con este apartado de Cronopio(el primer dibujo) y Famas (el segundo dibujo), ya que los Cronopios son aquellos seres soñadores, desordenados, alegres, gritones...como yo, como mi familia.
Mientras tanto los Famas, ah famas, tan distintos, tan opuestos a los Cronopios. Por ello los relaciono con la dualidad que hay en el entorno social en que vivimos. los estratos, los gustos, nuestros entornos, nuestros hogares, todo eso habla por si solo, y como gracias eso somos Cronopio o famas.

Cronopio: conservación de los recuerdos

 

Sebastian Barbosa Montenegro

En virtud de conservación de los recuerdos de Cortázar, quise quemar todas las cartas que atesoraba: una mano salió del fuego, y quise escribir una continuación del texto de cronopios y famas.

Si lo que se quiere es embalsamar los recuerdos entonces déjalos celosamente guardados en la estantería de la biblioteca. Pero si es preciso ser como el cronopio, entonces hay que dejar que el recuerdo se libere del papel, que corra por la casa y te diga “no vayas a lastimarte” y te lastime. De todos modos, es mejor dejarlos libres: que el fuego reparador te encuentre y te olvide. Entonces dejando atrás la nociva costumbre de coleccionista propia de las famas.

Se tomarán las cartas porque antes se enviaban cartas se pondrán en un recipiente seguro, recuerda poner Piazzolla de fondo, no hace falta releer, pero a primera vista quedarán marcadas algunas palabras, recordaras el aprendiz de francés que te amó y pasarán imprecisas por tus ojos las palabras me yeux te cherbent, mon caer t`espere, tu es ma raison de sourire. Entonces sonreirás. Otras palabras más dolorosas es mejor pasarlas rápido al fuego. En la flama, su mano extendida desde el olvido (no vayas a tocarla) en la flama, la mejor manera de conservar los recuerdos. El recuerdo y la esperanza coleccionadas en polvo, serán el polvo mismo. 


Cronopio: El canto de los cronopios.

 



 Por Kimberly Buitrago Vargas



Cronopio; Terapia

 

Nicolle Gabriel Lancheros.

Me es curioso que el médico -el cronopio-  dé como cura unas flores. 

 Al enfermo le duelen cosas, pero me pregunto qué serán esas cosas y por qué es esa la medicina. Quizá voy más allá y deseo ver las flores con contenido de trasfondo. La relación entre doctor y flores, puede ser el plus que desvela la cura para quien no es capaz de verle por sí solo.  A veces el dolor nos consume porque no contemplamos con totalidad la posible medicina, se necesita de alguien más. En el microcuento, lo que para uno es la cura para otro es la enfermedad, eso me dejó atónita. Posiblemente es una analogía con lo que al cariño u/o amor respecta, usualmente podemos conocer la cura para el dolor de alguien más, y deseamos su bienestar teniendo en cuenta que dejamos de lado el propio, y es que nos reducimos a ser el enfermo por ver con sano al querido. Es algo que se reduce a un amargo placer.  

Flor y Cronopio.

 



David Castro Fajardo


En la representación de este microcuento, lo que se intenta ilustrar de modo sencillo y animado, es la secuencia de las reacciones llevadas a cabo por el cronopio ante la  impresión de una gran pequeña flor. La ficcionalización de este micro relato evoca el respeto y la admiración por las aparentes "nimiedades" de la naturaleza. Así mismo, cabe decir, que dicha representación fue posible, sólo en la medida que la imaginación quiso recrear no  manera de meramente contemplativa, sino de forma intromisoria,  la idea de sentir una flor, palparla, hacerla mover con el hálito y finalmente disfrutar de su aroma para descansar a la postre.

Cronopio: Trabajos de oficina

 

Juan Andrés Trujillo Rodriguez

Hice este retrato de mi profesora de química del colegio, porque se parece en cuanto a la personalidad de la secretaria. Ella es muy entregada a su trabajo, es ordenada, tiene parámetros claros y es estricta. Al leer el cronopio me recordó a ella, por lo que me volví a comunicar con ella y le pedí permiso de retratarla, de traer a mis recuerdos la enseñanza que me dio de su forma de ser profe; estricta y concentrada en sus cosas. De ella aprendí a ser una persona ordenada, una persona que se esfuerza por las cosas para que queden bien, en ese sentido aprendí a ponerme parámetros y objetivos que ahora en la universidad me han ayudado demasiado en cuestión académica.