lunes, 22 de junio de 2020

CronoPropio: Chungus


Alejandra Hernández Novoa.

Redondo, de cinco patas, verde, azul y a veces amarillo. Chungus encarna algunos de los colores y las formas más suaves y cómodas. Su color favorito es el aguamarina -curiosa combinación de los suyos-, su comida favorita es el puré de papa y su pasatiempo de preferencia es desplazarse sin rumbo ni propósito alguno. Quizá esa es la única manera en la que sus cinco patas cobran sentido. Mientras camina (o nada, pues la mitad de su vida la pasa dentro del agua), sus pequeñas y regordetas patas se vuelven amarillas, ya que el contacto con el agua o la tierra las despierta y las coloca en un estado de excitación tal que sólo los colores cálidos pueden justificar. Además, su circulación es pésima y sus extremidades -que no son pocas- se llevan la peor parte, por lo que debe mantenerlas siempre felices. Tiene un carácter volátil, es ansioso y sarcástico. Parece que sus pensamientos hicieran maratones corriendo por toda su redondez corporal, desde su pequeño lomo hasta sus quince garras. Cuando esto sucede, que por cierto es casi siempre, se le intensifican las tres grandes rayas azules que tiene sobre el lomo, al estilo de una advertencia para sus congéneres: "el azul intenso significa peligro, para ti y para mí. Si te acercas y algo sale mal, alguno de mis pensamientos podría escaparse y hacernos daño". Por puesto, la advertencia no siempre es clara. Chungus lo aprendió el día en que, con sus tres rayas azules al máximo nivel, tuvo un choque con otro de su especie que le soltó un "el plato hondo es sólo para las sopas". El pensamiento de Chungus que dicta que el plato hondo es para sopas y también para postres, sin dudarlo, salió. El resto es historia. 

Para Chungus lo más importante en su vida (a la que no planea prolongar innecesariamente) es mantenerse verde, -a veces- amarillo y azul. No siempre los tres al tiempo, no siempre sólo uno, no siempre en el mismo orden. Como en todo, sabe que la fluidez y el devenir son necesarios para una buena experiencia del Ser Chungus. No se trata de que un día sea Chungus, otro día sea Chongo y otro sea Chonke. Se trata se ser Chungus en toda su gama de colores y experiencias. Se trata de ser Chungus de una y mil maneras, sin dejar de serlas todas al tiempo. Ser Chungus es toda una encarnación de lo redondo, lo verde, lo azul, lo amarillo y lo ansioso. Ser Chungus es, precisamente, toda una experiencia de lo chungosiano. Cada día es un nuevo intento. Por eso, y al ser la naturaleza de la fluidez algo tan soberbio y fortuito, para Chungus cada día empieza y termina en tiempos distintos a los demás. Cada día puede tener menos de veinticuatro horas, o puede empezar a las 5pm y acabar a las 5am. Aunque el tiempo no siempre se acomode a la naturaleza fluida de Chungus, él se adapta de la mejor manera que puede (o, también, él hace que el tiempo se le adapte). Por esta misma razón, el tiempo casi siempre ha sido un impedimento para sus destellos de amor. Sin embargo, y como en todo, se las arregla para dar lo mejor de sí y para usar la frivolidad del tiempo a su favor. No siempre da resultado, pero cuando funciona, es porque no se siente (tan duramente) aplastado por los grandes pies de sus pensamientos que le corren por dentro. Chungus aprendió que ellos siempre le estarán corriendo, pero en algunos momentos sólo le caminarán. Así como él siempre será verde y azul, pero a veces será amarillo y azul, o verde y amarillo. 

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