Por : Yeisson Johanny Tapasco Sanchez
Fíjate bien - Juanes
PRIMER QUINQUENIO :
Fíjate bien donde pisas, fíjate bien cuando caminas no valla
ser que una mina te desbarate los pies, Recuerdo que me gustaba mucho esta canción,
aunque no comprendía el trasfondo de su letra ni lo que quería decir, pero en
una remota parte del Tolima nos empezaron a regalar cuadernos con esta letra e
imágenes infantilizadas de niños que caían en estos campos minados. En la
escuela nos dictaban instrucciones para no caer en las famosas minas
quiebrapatas, también tengo presente la figura de mis padres advirtiéndonos a
mi hermano mayor y a mí, que no recogiéramos cosas del suelo, menos si eran
brillantes y que tan poco jugáramos muy adentro de la vereda. Además, que si
pasaba gente extraña o con uniformes fuéramos de inmediato a la casa, ellos
trabajaban casi todo el día entonces la mayor parte del tiempo de mi niñez la
viví en pilatunas con mi hermano. Cuando llegaban mis padres nos contaban
historias, jugábamos y con emoción recuerdo las onces que consistían en un
chocolate, queso y pan. Un día nos encontrábamos jugando varios niños a las
escondidas, estaba Maicol haciendo la cuenta regresiva para empezar a buscar a
los demás jugadores que eran aproximadamente 10, grito ¡listo!, todos empezamos
a ocultarnos cuando un fuerte sonido nos dejó congelados, había mucho polvo
levantado, personas adultas corriendo y fue cuando vi a uno de los niños
ensangrentado y sin una de sus piernas y como dice la canción “solo sé que hay
un cuento que parece que no termina aquí”.
SEGUNDO QUINQUENIO : Espinal - Tolima

Espinal Tolima, crecí entre campos de arroz, algodón y
sorgo, recuerdo el calor insoportable a mi familia, hermanos, primos y padres,
fue una época donde me desplazaba al colegio en bicicleta, los fines de semana
realizábamos el tradicional paseo de olla habían muchas sonrisas, competencias
de nado y la familia estaba muy unida, era un pueblo tranquilo, me trae recuerdos
de olor a mango, campo húmedo, ardillas y un montón de aves de varios colores,
los peces que con ilustración de mi padre aprendí a pescar en uno de los brazos
del río magdalena.
TERCER QUINQUENIO :
Esta etapa de mi vida fue por mucho una de las más difíciles
de sobrellevar pues a raíz de un problema médico perdí la visión quedando en
total ceguera, el apoyo de mis padres y familiares en general fue fundamental
en mi vida para poder superar esta situación. Guardo en mi mente y corazón la
última imagen de mi madre al darme la bendición antes de entrar en aquella
cirugía que cambiaría muchos aspectos de mi identidad, personalidad al punto
que hoy en día siento que ese adolescente y la persona que soy ahora no tienen
ninguna relación más que recuerdos aislados de otra vida y otros tiempos. No
obstante, estas duras experiencias me han permitido conocer otras formas de
relacionarme con el mundo, desarrollar mejor los sentidos del olfato, el gusto,
el tacto, el oído y demás sentidos que se están estudiando en la actualidad,
pero sin duda el bastón guía es aquel objeto que antecede todo lo que haga,
diga y como me ven los demás, pues este objeto es el símbolo del ciego, también
debido a este objeto siempre tengo una mano ocupada, solo tengo mis manos
libres en la casa o en espacios que conozco lo suficiente como para no usar
bastón, pero a todos los lugares que vaya (colegio, universidad, etc. etc.) lo
tengo que llevar.
CUARTO QUINQUENIO :
La llegada a la ciudad de Bogotá trajo consigo nuevos retos,
nuevos amigos y nuevo colegio, recuerdo particularmente mi primer día en el
Rodrigo Lara Bonilla de ciudad Bolívar, escuche una voz de un compañero que me
saludo y me pregunto que si quería ir hacia algún lado, le contesté que quería
comprarme un tinto; a partir de ese momento Vladimir se convertiría en mi mejor
amigo, pues con él pude creer que podía seguir teniendo una vida “normal”
haciendo cosas que realizaban las demás personas de mi edad, fuimos a los
primeros quince de las compañeras, estuvo ahí en mi primera borrachera, en los
trabajos de grupo, me ayudo a organizar mi fiesta de 18 años donde llegó casi
todo once a mi casa, la primera vez que fui a una discoteca estuvo hay cuando
tuve mi primer amor y cuando lo perdí y aún hoy en día Vladimir más que un gran
amigo es un hermano, un confidente que nunca me vio con lastima o pesar.
QUINTO QUINQUENIO :
La entrada a la universidad pedagógica nacional fue un
acontecimiento que me llenó de felicidad, pues cuando me encontraba buscando mi
nombre en los listados no podía creer que hubiera pasado a la educadora de
educadores y a diferencia de otros compañeros esta no fue mi segunda opción, me
alegro de haber ingresado de haber conocido personas con tan diversos puntos de
vista e ideologías que enriquecen y constituyen lo que ahora soy con sus
historias, narrativas acciones políticas y manteniendo el sueño de poner un
granito de arena en esta sociedad al culminar los estudios.
EPITAFIO EN VIDA
Aquí yace un cuerpo marcado por las cicatrices de la vida, pero que también gozo de experiencias que enriquecieron su ser. Conoció personas que se narraron con él y él se narro con ellas... " Lo que no me mata me hace mas fuerte" Nietzsche.
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