Por: Yeisson Johanny Tapasco Sánchez
Cronito nació, creció y se preguntó quien soy yo, entonces
se dio a la tarea de consultar con los demás, sin embargo, a cronito le decían
-Tu eres cronito. -Tu eres bajito, trigueño y Colombiano. No obstante, cronito
sentía que esas eran descripciones con muchos adjetivos, que servían más para
una narración como de un cuento o una historia, pero no para decir quien era en
realidad se dijo -Cronito puede que no
exista al menos el cronito que pensó eso hace un momento, pero le dio temor de
esas conclusiones y las desechó, luego hiso un ejercicio de introspección y se
acomodó, prendió un velón, armonizó el espacio con inciensos; para disponerse a
continuación a la meditación. Cronito cerró los ojos y su mente a un gran viaje
lo llevó, Pues se vio a si mismo cuando estaba aprendiendo a montar cicla y se
calló, vio las raspaduras, la sangre en las rodillas, y contrario a lo que
pensó cronito niño se levantó cogió la cicla y con una sonrisa lo siguió
intentando hasta que lo logró. Luego ante él pasaron muchas imágenes a gran
velocidad su madre, su padre, familiares y amigos, personas que las recordaba
de algo pero que eran rostros difuminados, también pasaron las imágenes de
bailes, colores, olores sensaciones, ruidos y voces que se fueron distanciando,
Cronito llego a sus 13 años y una dura experiencia lo atravesó, pues en un
quirófano se vio, recordaba la camilla, las enfermeras, los médicos con sus
batas blancas. -Cómo te llamas pregunto el anestesiólogo, -Cronito, respondió
-cómo se llama tu madre…
Luego Cronito despertó y tuvo la sensación que algo pasó,
pues las noches parecían ser más largas, la luz del amanecer no aparecía por
ningún lado, entonces Cronito aprendió ver al mundo de otra forma, sintió que
era más sensible, escuchaba con más atención, apreciaba más el sabor de un
chocolate y el olor de un buen café, además su memoria se agudizó. Después de
un tiempo Cronito se vio cuando se graduó
del colegio, en su mente estaba el birrete bajando a cámara lenta.
Seguidamente, Cronito tuvo otras reminiscencias, sintió la escritura a alto
relieve del Braille, sintió las pepitas del ábaco y la voz robótica y el
teclado de un computador, entonces se vio en su primer trabajo era un
Callcenter, luego en una biblioteca, en una casa cultural; fue cuando trabajó
como instructor de tecnologías accesibles recordó también a su primer amor y
todas las nuevas experiencias, sensaciones, olores y colores que percibió.
Entonces Cronito de su gran viaje volvió y pensó yo soy aprendizaje,
experiencias, momentos, lugares, sonidos, olores, alegrías, tristezas,
frustraciones, decepciones, yo soy los demás y los demás soy yo.
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