viernes, 17 de julio de 2020

Autobiografía Ficcionalizada de Jeison Montero

Autobiografía Ficcionalizada de Jeison Montero

El Espejo.


Autor. Jeison Montero Bermúdez

Primer Quinquenio: “Busca lo más vital”

Aunque sea difícil recordar esa canción, que cuando pequeño cantaba con gran emoción, hoy llegan a mi mente los momentos vividos de aquel entonces, que aunque no suenen claros y sean borrosos, creo que siempre estarán presentes. De pequeño no me he preocupado por buscar lo más vital,   pues quizás sin esforzarme creía que las cosas llegaban sin mayor esfuerzo o cosa semejante, pues de la naturaleza he recibido la mayor parte, y aunque en mis recuerdos está el preocuparme por cosas que hoy ya no valen la pena, es eso lo que me ha hecho dejar de ser el niño que gustaba  con soñar, dejarse llevar por lo que la vida pueda disponer sin mayor preocupación, aunque sé que eso hoy lo podre encontrar.

Segundo Quinquenio: El lugar de mis recuerdos.


Parecía poco el tiempo que compartía con los míos en este lugar, era ese momento de la vida en donde no existe la preocupación por lo demás, solo un espacio de aquel entonces me brindaba tanta seguridad. Era la casa donde crecí, donde di mis primeros pasos y aprendí lo difícil que era vivir, un lugar que llena de emociones, de recuerdos, de momentos no solo materiales, era la conexión con la tierra, el canto de las aves, el sonido de los árboles en la noche, y el susurro de los grillos a media tarde, ese es el lugar de mi infancia, un lugar en la memoria que aún queda guardado, un lugar que aunque poco frecuento es mi hogar, el lugar donde también me gustaría pasar los últimos años de mi vida, un lugar en el recuerdo que me hace sentir y saber quién soy y de donde vengo.

 

 Tercer Quinquenio: “Un compañero”



 

“Él es mi mejor amigo, pues desde que tengo memoria. Es valiente, como todo buen vaquero, listo y gentil. Pero, lo que hace especial a Woody es que jamás te va a abandonar… ¡jamás! El estará contigo pase lo que pase”

Quizá es uno de los pocos objetos que aún conservo desde mi infancia, pues él  “mi compañero” como así le llamo, me ha hecho recordar los momentos más difíciles de mi niñez; partir de un lugar a otro, el vivir en soledad por largos periodos de mi vida, y ser testigo de buenos y malos momentos. Creo que existen objetos que se vuelven parte de uno, que aunque no tengan vida, han vivido y han sufrido al igual que uno. Son los testigos de momentos que cruciales que conforman a la persona hoy en día.

 




Cuarto Quinquenio: Como mi hijo


Desde antes de nacer se había convertido en la pieza fundamental de mi vida, con su llegada inesperada volvió a unir una familia que se encontraba alejada de sí misma. Es de poco creer como una persona se convierte en lo más valioso para muchos, su inocencia y su belleza traen confianza y serenidad. No es fácil decir que al inicio de su vida todo es de lo mejor, la adaptación a un ser tan indefenso y las nuevas costumbres que esto nos traerían, son las herramientas vitales para poco a poco llegar a comprenderle en sus ratos de llano, hambre y desespero. Él, con el tiempo también me ha vuelto a recordar lo que es ser niño, ser frágil e inocente, vivir sin preocupación y dar gran importancia a la imaginación. 

Es la misma vida quien nos regala seres maravillosos, que aunque no siempre aprendamos a comprender y valorar, sabemos que están ahí presentes, son parte fundamental de nuestra vida y aun que poco se los digamos, estamos dispuestos a dar su vida por ellos.



Quinto Quinquenio: Una pandemia   

Han sido días difíciles, por los cuales muchos hemos tenido que lidiar con la depresión, la angustia y mucha ansiedad. Un momento que pocos se llegaron a imaginar, pues a esta edad en la vida no se goza de una completa libertad, no me encuentro en las calles, o en fiestas como quisiera estar, pues quien me aísla de la vida es un virus que ha cobrado no solo la libertad. Son muchos los momentos que llegan a la memoria en medio de la soledad, entre tantas cosas por hacer, y poco tiempo para  nosotros, este momento para muchos que es catastrófico parece consumirnos, devorarnos de a pocos, un momento sin salida que nos quita incluso a nosotros mismos de la vida.

Epitafio en vida: “epístola mortal”





17/07/2020


 

 

 


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