lunes, 27 de julio de 2020

Biografías ficcionalizadas de Cronopropios sin fama

Este proyecto es una iniciativa de estudiantes de licenciatura en filosofía, que se valen del relato ficcionalizado para contar y contar-se. Hay nombres de cronopropios -adaptaciones subjetivas de los cronopios de Cortázar-, mezclados con nombres reales. Hay historias que se vivieron en el cuerpo real o en el cuerpo imaginado.

Lo interesante es que, en las líneas siguientes, habita lo literario, lo personal, lo existencial, sin trazar fronteras entre relatos históricos y relatos de ficción..

jueves, 23 de julio de 2020

CRONOPROPIO

Por: Yeisson Johanny Tapasco Sánchez


Cronito nació, creció y se preguntó quien soy yo, entonces se dio a la tarea de consultar con los demás, sin embargo, a cronito le decían -Tu eres cronito. -Tu eres bajito, trigueño y Colombiano. No obstante, cronito sentía que esas eran descripciones con muchos adjetivos, que servían más para una narración como de un cuento o una historia, pero no para decir quien era en realidad se dijo  -Cronito puede que no exista al menos el cronito que pensó eso hace un momento, pero le dio temor de esas conclusiones y las desechó, luego hiso un ejercicio de introspección y se acomodó, prendió un velón, armonizó el espacio con inciensos; para disponerse a continuación a la meditación. Cronito cerró los ojos y su mente a un gran viaje lo llevó, Pues se vio a si mismo cuando estaba aprendiendo a montar cicla y se calló, vio las raspaduras, la sangre en las rodillas, y contrario a lo que pensó cronito niño se levantó cogió la cicla y con una sonrisa lo siguió intentando hasta que lo logró. Luego ante él pasaron muchas imágenes a gran velocidad su madre, su padre, familiares y amigos, personas que las recordaba de algo pero que eran rostros difuminados, también pasaron las imágenes de bailes, colores, olores sensaciones, ruidos y voces que se fueron distanciando, Cronito llego a sus 13 años y una dura experiencia lo atravesó, pues en un quirófano se vio, recordaba la camilla, las enfermeras, los médicos con sus batas blancas. -Cómo te llamas pregunto el anestesiólogo, -Cronito, respondió -cómo se llama tu madre…

Luego Cronito despertó y tuvo la sensación que algo pasó, pues las noches parecían ser más largas, la luz del amanecer no aparecía por ningún lado, entonces Cronito aprendió ver al mundo de otra forma, sintió que era más sensible, escuchaba con más atención, apreciaba más el sabor de un chocolate y el olor de un buen café, además su memoria se agudizó. Después de un tiempo Cronito se vio cuando se graduó  del colegio, en su mente estaba el birrete bajando a cámara lenta. Seguidamente, Cronito tuvo otras reminiscencias, sintió la escritura a alto relieve del Braille, sintió las pepitas del ábaco y la voz robótica y el teclado de un computador, entonces se vio en su primer trabajo era un Callcenter, luego en una biblioteca, en una casa cultural; fue cuando trabajó como instructor de tecnologías accesibles recordó también a su primer amor y todas las nuevas experiencias, sensaciones, olores y colores que percibió. Entonces Cronito de su gran viaje volvió y pensó yo soy aprendizaje, experiencias, momentos, lugares, sonidos, olores, alegrías, tristezas, frustraciones, decepciones, yo soy los demás y los demás soy yo.


AUTOBIOGRAFÍA FICCIONALIZADA CRONITO

Por : Yeisson Johanny Tapasco Sanchez 

             Fíjate bien - Juanes 


    


                PRIMER QUINQUENIO : 

                Fíjate bien donde pisas, fíjate bien cuando caminas no valla ser que una mina te desbarate los pies, Recuerdo que me gustaba mucho esta canción, aunque no comprendía el trasfondo de su letra ni lo que quería decir, pero en una remota parte del Tolima nos empezaron a regalar cuadernos con esta letra e imágenes infantilizadas de niños que caían en estos campos minados. En la escuela nos dictaban instrucciones para no caer en las famosas minas quiebrapatas, también tengo presente la figura de mis padres advirtiéndonos a mi hermano mayor y a mí, que no recogiéramos cosas del suelo, menos si eran brillantes y que tan poco jugáramos muy adentro de la vereda. Además, que si pasaba gente extraña o con uniformes fuéramos de inmediato a la casa, ellos trabajaban casi todo el día entonces la mayor parte del tiempo de mi niñez la viví en pilatunas con mi hermano. Cuando llegaban mis padres nos contaban historias, jugábamos y con emoción recuerdo las onces que consistían en un chocolate, queso y pan. Un día nos encontrábamos jugando varios niños a las escondidas, estaba Maicol haciendo la cuenta regresiva para empezar a buscar a los demás jugadores que eran aproximadamente 10, grito ¡listo!, todos empezamos a ocultarnos cuando un fuerte sonido nos dejó congelados, había mucho polvo levantado, personas adultas corriendo y fue cuando vi a uno de los niños ensangrentado y sin una de sus piernas y como dice la canción “solo sé que hay un cuento que parece que no termina aquí”.

            SEGUNDO QUINQUENIO : Espinal - Tolima 
            
Ciudad | jose-manuel-trianna
                
            Espinal Tolima, crecí entre campos de arroz, algodón y sorgo, recuerdo el calor insoportable a mi familia, hermanos, primos y padres, fue una época donde me desplazaba al colegio en bicicleta, los fines de semana realizábamos el tradicional paseo de olla habían muchas sonrisas, competencias de nado y la familia estaba muy unida, era un pueblo tranquilo, me trae recuerdos de olor a mango, campo húmedo, ardillas y un montón de aves de varios colores, los peces que con ilustración de mi padre aprendí a pescar en uno de los brazos del río magdalena.

            TERCER QUINQUENIO : 



            Esta etapa de mi vida fue por mucho una de las más difíciles de sobrellevar pues a raíz de un problema médico perdí la visión quedando en total ceguera, el apoyo de mis padres y familiares en general fue fundamental en mi vida para poder superar esta situación. Guardo en mi mente y corazón la última imagen de mi madre al darme la bendición antes de entrar en aquella cirugía que cambiaría muchos aspectos de mi identidad, personalidad al punto que hoy en día siento que ese adolescente y la persona que soy ahora no tienen ninguna relación más que recuerdos aislados de otra vida y otros tiempos. No obstante, estas duras experiencias me han permitido conocer otras formas de relacionarme con el mundo, desarrollar mejor los sentidos del olfato, el gusto, el tacto, el oído y demás sentidos que se están estudiando en la actualidad, pero sin duda el bastón guía es aquel objeto que antecede todo lo que haga, diga y como me ven los demás, pues este objeto es el símbolo del ciego, también debido a este objeto siempre tengo una mano ocupada, solo tengo mis manos libres en la casa o en espacios que conozco lo suficiente como para no usar bastón, pero a todos los lugares que vaya (colegio, universidad, etc. etc.) lo tengo que llevar.

              CUARTO QUINQUENIO :  
            
                La llegada a la ciudad de Bogotá trajo consigo nuevos retos, nuevos amigos y nuevo colegio, recuerdo particularmente mi primer día en el Rodrigo Lara Bonilla de ciudad Bolívar, escuche una voz de un compañero que me saludo y me pregunto que si quería ir hacia algún lado, le contesté que quería comprarme un tinto; a partir de ese momento Vladimir se convertiría en mi mejor amigo, pues con él pude creer que podía seguir teniendo una vida “normal” haciendo cosas que realizaban las demás personas de mi edad, fuimos a los primeros quince de las compañeras, estuvo ahí en mi primera borrachera, en los trabajos de grupo, me ayudo a organizar mi fiesta de 18 años donde llegó casi todo once a mi casa, la primera vez que fui a una discoteca estuvo hay cuando tuve mi primer amor y cuando lo perdí y aún hoy en día Vladimir más que un gran amigo es un hermano, un confidente que nunca me vio con lastima o pesar.

            QUINTO QUINQUENIO : 

            La entrada a la universidad pedagógica nacional fue un acontecimiento que me llenó de felicidad, pues cuando me encontraba buscando mi nombre en los listados no podía creer que hubiera pasado a la educadora de educadores y a diferencia de otros compañeros esta no fue mi segunda opción, me alegro de haber ingresado de haber conocido personas con tan diversos puntos de vista e ideologías que enriquecen y constituyen lo que ahora soy con sus historias, narrativas acciones políticas y manteniendo el sueño de poner un granito de arena en esta sociedad al culminar los estudios.


EPITAFIO EN VIDA 

             Aquí yace un cuerpo marcado por las cicatrices de la vida, pero que también gozo de experiencias que enriquecieron su ser. Conoció personas que se narraron con él y él se narro con ellas... " Lo que no me mata me hace mas fuerte" Nietzsche. 

 

martes, 21 de julio de 2020

Autobiografía ficcionalizada de Estercita Remolacha

Por: Jaqueline Sánchez Toro 





Primer quinquenio: Mi agüita amarilla


 

Estercita mil nombres menos el suyo.Estercita tiene mala memoria, pero muchas cosas, olores, lugares, sonidos y personas le hacen chispas en las neuronas con imágenes y sensaciones borrosas de su vida. Es normal verla sonreír, como quién ríe sola de la nada. Siempre le dicen: “de qué picardía se acordará”. Es el hazmerreír de las reuniones familiares, siempre contando las mismas historias una y otra vez, de la rememorización aprendió a reírse de sí misma. Tiene recuerdos leves de esos momentos, pero también siente que esas historias han sido tan manoseadas que ya no sabe si sus recuerdos son propios y también tiene la sensación de que finge que no los recuerda para guardar de ellos el asombro de darse cuenta de que así era. El amor-dolor de su familia la mantienen a flote, “Nosotas las mejeres le enseñamos a los hombres karate, boxeo amor y coqueteo”, cantaba de pequeña en las comilonas famisociales, como cuál centro de atención. “Nosotas las mejeles”, le llamaban sus tíos, parientes de parientes, vecinos, quién sabe si hasta Bazuco el perro vagabundo, fiel y peludo de la casa. Esos tiempos era cerveza pa’ aquí, chica pa’ allá, mientras todos los mocosos jugaban con palos y aserrín. También le decían chiva porque era bien verrionda, le encantaba que le dijeran así sin importarle que fuera el hazmerreír de todos, tanto que cuando la llamaban por su nombre exigía a grito entero, “¡Yo no me llamó Estercita, me llamo chiva!” aunque odiara la leche de cabra ¡Bluagh!

 La casa en la que vivió en su primer quinquenio era gigante y vieja, decían que antes era una cárcel en el que había muerto mucha gente, pero en ese tiempo era el lugar más divertido del mundo, olía a madera y jugaba a la panadería de pan de madera con sus primos y hermana. Su madre fue rescatada con dos hijas, la chiva y doña mandona, gracias a su hermana que temía que desapareciera la luz de los mares por completo, la tía rucasmarucas se la trajo de su pueblo natal,  calientito y endulzado con caña de azúcar y producción de panela artesana, hacia otro pueblo, pueblo paleta; donde su madre se recuperó y se hizo valiente en los primeros años de vida de Estercita, aún mantiene la luz de los mares encendida, aunque a veces su luz brille opaca. Esa casota, dentro de otra casa, dentro de una fábrica, dentro de un almacén, era y sigue siendo La clínica a del mueble donde se cocinaban panes, pasteles de aserrín, se salvaban vidas de personas y muebles viejos.

 Su pueblo, pueblo paleta, es tan frío, ahora no tanto como antes, pero siempre le echaba la culpa a los helajes o al sueño aliviador en el que iba al montecito a regar las plantas con su agüita amarilla, o el sueño en el que aparecía el lobo cheveroni susurrándole al oído mi agüita amarilla cálida y tibia… Para no decir que olvidaba, a propósito, ir al baño antes de dormir porque le aterraba el solo hecho de imaginar que le jalara las patas algún fantasma exconvicto. Por eso le decían “cuquitanomás”, porque eso le gritaba a la madrecita luz de los mares cuando la levantaba en la madrugada a bañarla con agua fría en el lavadero por orinarse en la cama. Eso cuenta el tío bailarín y comelón remedando como hacía. La madrecita lo desmentía alegando en su defensa que siempre bañaba a cuquitanomás a esas horas con agua caliente y la dejaba lista con su uniforme de la pequeña aldea antes de irse a trabajar.

Le decían chiva, dizque porque estaba más loca que una cabra, Estercita no tiene imágenes en su memoria de haberlo hecho, pero sí recuerda las medias cachemires con muñequitos a los lados de su traje elegantón de pana igual al de su hermana, el de ella azul y el de su hermana verde. Decían que la encontraban en el cuarto rompiendo las medias a punta de muela, no sabe si eran esas medias o todas las medias, pero recuerda que odiaba que la vistieran igual que a su hermana, ella prefería escoger su ropa y que no la uniformaran o, tal vez, solo desfogaba sus berrinches rompiendo los chiros. Doña mandona fue su compañera de vida, siempre estaban juntas y a la ves distanciadas, no recuerda mucho de ella en esos primeros años, pero sí piensa que no debió ser fácil que con tan solo dos años mayor que Estercita, cargó con la responsabilidad de cuidar a su hermana menor y que ella nunca le hiciera caso de nada. Se acompañaban en el dolor de la ausencia de una madre soltera que trabajaba todo el tiempo para darles las mejores comodidades y la ausencia de un padre que siempre mentía y las dejaba plantadas esperando en la puerta de la casota vestidas de ilusión con sus mejores trajes domingueros para pasear con su padre. Dos niñas que crecieron bajo el calor de hogar que no era el suyo y una madre que demostraba su amor con su esfuerzo y trabajo diario. Pero, aun así, la inocencia siempre estaba al orden del día, porque, aunque las distanciaran experiencias y emociones diferentes, en su papel de hermana mandona, entre travesura y sacada de lengua, solo era menester de que transcurriera nada menos que una hora para que todo quedara olvidado para unirse en esa compañía incondicional y rodeadas de familiares con un corazón gigante.

 

Segundo quinquenio: el castillo de fuego dulce.

 

Los mocosos pal el castillo. Era el lugar favorito en el mundo para Estercita y sus primos, la abuela estrenaba casa, ella había intercambiado el hogar de negro y pechichona, los caballos de la finca, donde antes estaba su casita vieja hecha de ladrillos de barro, ahora iba a ser la casa de doña señora pechichona. La casa de la abuela no podía ser mejor para 6 mocosos que ya dejaban de ser tan moscosos, ya no era de tres cuartos pequeños para albergar a sus 5 hijos y 6 nietos que todos los años se reunían para celebrar el nuevo año, los cumpleaños del abuelo y quemar el año viejo que ayudábamos a hacer con la ropa que ya no nos quedaba y con la ropa vieja de trabajo del abuelo. Ahora había un cuarto más, ¡un baño! y una sala grande para los festejos de fin de año. 

Estercita y sus primos eran enviados a pasar vacaciones de fin de año en el castillo de fuego dulce, eran casi dos meses en el que descansaba de la pequeña ciudad paleta y se endulzaba con caña de azúcar, panela y unos buenos rallos de sol que le quitaban ese tono medio blancuzco amarillento de su piel, para llegar al colegio como toda un trigueña. No solo era diversión, hacer fogatas, encaramarse en los arboles para bajar guamas, mangos, montar a pechichona de aquí pa’ allá, cuando había cañas para moler, toda la finca se preparaba para la molienda y la abuela y el abuelo tenían 5 obreras más junto con el único hombre, el primo mayor y brabucón. La pelea era quién quería hacer tal cosa, para cada tarea había dos ayudantes, unas tenían que salir de la vereda e ir al pueblo a comprar lo que hiciera falta para la comida de los obreros, otras ayudaban en la cocina, Estercita y su hermana apilaban caña en la enramada porque les encantaba estar encaramadas en la pilas y hablar mierda, la prima Carmencita, la mayor de la Bayola, llevaba los desayunos y almuerzos a los que estaban cortando y cargando lejos de la casa. Cuando llegaba el fin de semana, el trapiche empezaba a las doce de la noche su tacataca tacataca y ya nadie podía dormir. A Estercita le gustaba levantarse y ayudarle a su abuelo y a su padre que a veces iba al castillo a trabajar con sus abuelos. El olor de la enramada en acción, el olor del sol saliente mientras salía la primera carga de panelas eran sus favoritos. Estercita era la de oficios varios de la molienda, además de preguntona y chismosa, a todos ayudaba a lo que hiciera falta, a veces pasaba el bagazo mojado, alcanzaba las cañas para que las metieran al trapiche, guardaba las panelas en las cajas, pasaba bagazo seco a su padre que siempre le gusto controlar el fuego de la hornilla para que la cocha no se quemara. En este quinquenio, Estercita pocas veces iba a la finca de su padre, pero sí salían con su hermana al pueblo y a visitar a su tía y primas paternas que tenían una tienda de cerveza y una cancha de tejo gigante donde se la pasaba su padre, el campeón del tejo y de echar gayos de pelea. Nunca se sentía cómoda con la abuela paterna ni en su finca, no entendía por qué a su hermana sí le gustaba, solo le caía bien su abuelo que era más bien calmado, contaba historias y era chistoso. No solía pasar más de 5 días en casa de su padre y abuelos en todo el tiempo de vacaciones, aunque sabía que ir allá era la oportunidad de pasar tiempo con él y conocerlo, de este tiempo recuerda el amor inocente que sentía hacia su padre, que nunca hablaba de la separación con su madre, habían pasado casi 8 años y él aún reflejaba en su mirada la rabia y el dolor de una esposa raptada por quién sabe qué monstros destructores de hogar.  

Se acababan las vacaciones las fiestas comilonas de fin de año y las familias volvían a sus hogares y rutinas diarias. Estercita ya no vivía en la casota dentro de otra casa dentro de una fábrica dentro de un almacén, sino en una casa pequeña frente al comando de policía de pueblo paleta con los dos hermanos menores de la madrecita luz de los mares. La escuela era como un deber más al que no le prestaba mucha atención, no era ni mala estudiante ni buena estudiante, no se la tomaba muy enserio y a veces capaba clase, decía una que otra mentira a su mamá, como cual estrategia planeada con sus amigas, una ponía la casa para pasar toda la mañana allí, se encontraban en la entrada y se iban para la casa de la amiga y decían a su madre que no había clase. Cuando notificaban que salían temprano Estercita no decía a su mamá y se iban con casi medio salón para el parque o casa de alguno de ellos, en ese tiempo era muy famoso jugar pico botella, escondidas americanas, para Estercita todo era juego travesura y compartir con amigos. Jugar hasta tarde en el barrio, antes que su mamá llegara del trabajo, como era en frente de la policía los padres sentían seguridad, los andenes y calles eran el centro social de todos, su hermana era la que le recordaba los deberes de la casa y de la escuela y también estaba la mayoría del tiempo en el trabajo de la madrecita. Estercita vivió su segundo quinquenio llena de frivolidades como una especie de adolescencia prematura que solo vivía el día.  

 

Tercer quinquenio: ¡Con el equipo no se metan!


La madrecita siempre se las arreglaba para estirar la plata y que alcanzara para lo necesario, siempre he creído que hace magia con poco dinero, era excelente administradora del hogar nunca nos faltó ni sobró nada, incluso había para uno que otro gustico. Así aprendió a vivir Estercita sin lujos, pero sin falta de lo necesario para vivir. Había un pequeño televisor que poco se prendí, pero un equipo Philips que siempre estaba prendido con la radio de baladas, salsa y rock en español. Era un Philips con radio, caseteras y tocadiscos, pero siempre se escuchaba la radio porque no se usaba el dinero para comprar caset y discos. Cuando nos enteramos que la madrecita estaba embarazada fue toda una sorpresa, Estercita y su hermana sabían quién era el sujeto, pero la madrecita, como siempre reservada, mantenía una relación con un señor mucho mayor que ella casi en secreto. Cuando la Pulita tenía un año, cambiaron de casa a un conjunto de edificios amarillos, ahora había la figura de un padre, una nueva hermana y mejores comodidades, Estercita ya tenía un cuarto propio y entraba a la secundaria, solo bastó con pasar de sexto de primaria, tener un prospecto de padrastro, una hermana a quién recoger del jardín, una madre en casa haciendo el papel de ama de casa, el alegato de hermanas de que no se botara el equipo, para entender que su vida había tomado un giro inesperado. Estercita empezó a tomarse el colegio un poco más enserio, al menos allí nunca se atrevió a capar, quizá una que otra clase, química, ese viejito era desesperante, pasaba las recuperaciones con su propio esfuerzo y con buena nota porque ese viejito solo alegaba y no enseñaba nada. La resistencia de Estercita y su hermana para que no se botara el equipo duró unos cuantos años, ellas mismas eran las que le metían mano cuando este tenía una que otra molestia, hasta que el pobre se dañó y no tuvo más arreglo. Se sentía como si la ausencia de ese equipo les recordará el cambio de vida, una nueva hermana, una madre en casa, un padrastro a quien conocer y la ausencia de música en su casa.  


Cuarto quinquenio: Jafar

 

Jafar llegó a la vida de Estercita sin darse cuenta, por lo general andaba por la vida sin darse cuenta, para ella todo era efímero y lleno de frivolidades un tanto prematuras, callejear, amigos, juegos, bebidas, música y uno que otro amorío no muy enserio de besos nerviosos y coquetería. Jafar fue la apertura de una forma de entender y sentir la vida, descubrió las mariposas en el estómago, ahora era consciente que las emociones se perciben ampliamente en las vísceras. la Estercita se enamoró profundamente de un mamerto, curioso, brabucón, sensible, un tanto intrépido y muy nerd que le gustaba explorar y aprender muchas cosas. En la familia de Estercita no había ni internet, ni computador, ni libros, ni música, ni ninguna mirada intelectual preocupada por el futuro y el cultivo del ser, ninguna charla de qué quieres ser, hacer, nada, siempre fueron muy independientes las unas de las otras y las decisiones del qué hacer o que no hacer eran propias. La madrecita solo ponía el coscorrón cuando veía que se pasaban de la raya y le tranquilizaba que sus retoños se rodeaban de personas confiables, sin embargo, su luz de los mares siempre tenía la forma de dar ejemplo sobre lo que es bueno y malo. El colegio no ayudaba mucho, pero de este pasó como una tarea más que hay que entregar para tener una nota y de pocos profesores tiene buena estima como personas, por su puesto la profesora de filosofía fue una de estas. Jafar estaba en un colegio que se preocupaba por el aprendizaje de los estudiantes y se podía comparar las diferencias de una educación comprometida, de otra educación de paso y estandarizada. Jafar le compartía libros y hablaban, de vez en cuando, de cosas serías, asistían a una casa cultural y con su hermano y amigos retequepilos organizaban recolectas de juguetes para los niños más necesitados de las periferias del pueblo, también uno que otro canelazo y cuentearía en el parque, marchas revoltosas del primero de mayo, ¡el pendejo se quemó una mano haciendo papas! Fiestas y tomar guaro en los andenes, Jafar y Estercita solían  tomar juntos desde veraskaya, guaro y vino, compartirse cartas y pasar toda la tarde en cama.  Salir del colegio fue un cambio que se sabía, pero no querían ver, la separación fue dándose de a poco y sin querer darse cuenta. Él en la universidad del búho ocupado y viajando de pueblo paleta a la ciudad y Estercita trabajando a tiempo completo en un almacén, ya trabajaba antes de salir del colegio para sus cosas, así que eso fue lo primero que hizo después del colegio. Finalmente, la separación fue total, ambos lo entendían, ritmos de vidas muy diferentes, una juventud con mundos nuevos que explorar, que se truncaban con el intento de sostener la mano del primer amor y una carta con palabras insensibles de desamor que escondían el llanto y el amor más lindo que Estercita pudo haber experimentado, le despertó una sensibilidad en las vísceras que no pude entender. De él aprendió mucho, equilibrar el lado frívolo con las cosas importantes de la vida y siempre agradeció, que, de ese sentimiento tan incondicional, le transmitiera el amor por la lectura, la música y preocupación por las causas comunes.     

 

Quinto quinquenio: Adiós pueblo paleta


Para Estercita no es un acontecimiento muy reciente pero sí el más importante entre otros más. Su familia se fue a vivir a la ciudad de Bogotá, porque la madrecita decidió abrir un negocio que no veía viable en pueblo paleta. Para Estercita fue una decisión que le favoreció ya que estaba ahorrando para entrar a hacer la carrera de diseño de modas, siempre le gustó la independencia, hacer cosas con sus manos y las cosas creativas, además veía en esa carrera la oportunidad de ganar dinero por su cuenta y así poder comenzar una carrera de ocio como la de filosofía, pero todo mal, la escuela de diseño era muy costosa de mantener y no se sentía a gusto con el diseño de modas y sus intereses meramente económicos. La decisión fue difícil porque no sentía que valiera la pena endeudarse más por esa carrera. Sabía muy bien que no poseía los conocimientos necesarios para presentarse a la universidad del búho y a la universidad de los maestros, lo hizo, pero todo mal. Luego mientras trabajaba para pagar la deuda anterior, pensaba sobre qué iba a hacer con su gusto e interés en la filosofía, para ella era un gusto que le ampliaba la mente, lo sentía en las vísceras, le ayudaba a verse, ver y entender las realidades del mundo. La Bogotá caótica, sin amigos, sin primos y tíos, sin mariposas en la panza, más bien gusanos enredándose en las tripas, la madrecita trabajando todo el día de nuevo y enviar a la mierda al padre de Pulita que ya no podía ocultar lo cabrón y el infierno en vida de la madrecita. Introducción a la historia de la filosofía de señor Hegel, El origen de la familia la propiedad privada y el estado de señor Engles, Camus, Hesses, Beauvoir, Sartre, Dostoyevski, Nietzsche, Sábato, Huxley, Asimov, Borges. La madrecita, padre, hermana y tíos por fin respondieron a las preguntas sobre el pasado, Estercita sintió como salir de la caverna y sentir el ardor enceguecedor de la luz en los ojos. Muchas verdades, memorias y dolores salieron de la oscuridad, Estercita no aguantó y enfermó, estuvo en cama durante el paso de muchas lunas llenas. Para Estercita la filosofía y la literatura siempre estuvo a su lado dando forma a un camino por recorrer, no la veía como una profesión hasta que comprendió que esta tenía un en sí misma un valor educativo y social que consideraba valioso por lo que había hecho esta en la vida de Estercita. Emprendió el camino, trabajó con la madrecita, ahorró y de repente estuvo por accidente en un semestre de literatura, endeudarse no era nada lindo así que decidió presentarse por última vez y, esta vez, solo a la universidad de los maestros, entrar fue una felicidad y alivio ¡grandotote! Estercita aun recorre el camino escogido, con viejos amigos de infancia y nuevos amigos colegas, lidiar en recorrido con los fantasmas de una enfermedad en el alma, acontecimientos, unos no tan agradables que siguen dando giros inesperados a su vida y otros que la inflan de amor y le permiten inyectar sus días con alegría. 

Epitafio en vida: Al cabo que sí quería. 



Autobiografía Ficcionada de Quarks Botton

Autobiografía Ficcionada de Quarks Botton Por: Daniel E. Perilla Méndez

 
 
 
Primer quinquenio: Brújula Mágica.  
 
 
Quark Botton nació una mañana como todas las mañanas, tibias y sonrientes. En un hospital como ningún otro hospital, frió y triste. De ese día no recuerda sino:
 
El color café oscuro de los ojos de aquellas enfermeras que corrían por los pasillos en una competencia de los 100 metros planos. 
 
 
El número de las placas de un carro sin ruedas blanco en el que estuvo a punto de ser intoxicado.
 
La mirada de un gato asustado que enfermo tosió ¡Ouhhj! ¡Ouhhj! ¡Ouhhj! A causa de la polución generada por una tostadora atascada.
 
El sabor a tierra mojada de una pared de patio trasero donde cuerdas de tender ropa contaban  algunas historias de países lejanos. 
 
El barco estancado en un cuarto cerrado en donde una capitana, armaba y desarmaba castillos de arena en el agua. De vez en cuando gritaba a algún marinero por no recoger la atarraya. 
 
La sensación vibrante de romper porcelanas en las tardes inquietas de una casa construida de retazos de tela arrugada.
 
El tono de un pez cantante de lujoso traje quien salió de gira sin llevar equipaje. Después se supo que vivió en una mansión sin estanque.
 
El teclado abandonado que se disputaba ese puesto honorifico con la guitarra, mientras una grabadora desfilaba por toda la casa acompañada de algunos casetes que a la moda andaban.
 
La pintura de un ogro extraño que muerde una mesa sin darse cuenta que es una mujer desnuda que lo está mirando.
 
El movimiento de unas sillas que juegan fútbol para ganarse alguna copa que no sea de vino amargo sino de chiches Dragus que traigan el tatuaje.
 
El entusiasmo de viajar a tan alta velocidad cada vez que se encendían los motores de una máquina de coser carreteras y botones.
 
La dirección de un castillo empedrado en el que a la entrada un dragón enojado acechaba. Y  una princesa esperaba ser rescatada para convertirse en la ama de casa de un plomero bigotón endeudado.  
 
 
El olor a granizo que inundaban las casas y la pólvora de noche buena que con gran estruendo explotaban.
 
 
Eso recuerda Quarks Botton de ese día,  mientras retrocede la cinta de un Betamax oxidado y recibe un mensaje en su Beeper recién comprado. 
 
Segundo quinquenio: Estadio de fútbol dentro de una casa
 


El patio de la casa es el lugar que más disfruta Quarks Botton pues es un lugar enorme, es tan grande que se dice que en los lugares más lejanos habitan toda clase de seres extraños, algunos cuentan que de esos lugares provienen esos pequeños seres que caminan solos por la noche robando algunos pensamientos que la gente cuelga en las ventanas, también se dice que en esos lugares lejanos hay algunos dinosaurios de madera y de plástico que utilizan zapatos.
 
Pero lo que más disfruta Quarks Botton de ese gran patio es el estadio de fútbol el cual tiene capacidad para recibir más de un millón de espectadores y en donde se han disputado los más prestigiosos torneos. Destacándose los torneos de invierno en donde el agua es el protagonista, pues llega a inundar todo el estadio lo cual hace de los encuentros mucho más disputados, y a lo lejos los árbitros que gritan ¡Para adentro que se está mojando!
 
También en este inmenso patio se llevaron a cabo reuniones familiares a las cuales Quarks Botton asistía llevando sus mejores trajes, como los overoles de jean que nunca desentonaban y alguna que otra gorra que le ocultaba de las miradas de algunos invitados no tan deseados, entre ellos las tías besuconas, los postes de alumbrado, las camillas rotas, los pajarracos desplumados.  
 
Tercer quinquenio: Comedor de cosas redondas y brillantes
 
 
Quarks Botton camina constantemente con su aparato que come cosas redondas y brillantes pues disfruta mucho de su compañía, es su mejor aliado tanto así que cada ocho días Quarks Botton emprende un largo viaje hacia el centro de una ciudad perdida en busca del alimento para mantener a su buen compañero.
 
Es una difícil travesía, inicialmente hay que recoger de los arboles camino a la escuela monedas de 100 que se cosechan cada día, seguido de esto se debe abordar los cajones de mirada ofensiva que transitan por las vías sin recoger abuelas o libros de poesía, finalmente se destapan puertas corredizas que llevan a las minas de cosas redondas y brillantes en donde trabajan duendecillos de cabellos largos y caras curtidas.
 
Cada cosa redonda y brillante después de ser digerida se almacena ordenadamente de la O a la F en un  estante que de vez en cuando camina para estirarse o relajarse mientras Quarks Botton camina a su escuela con su amigo sin preocuparse.
 
 Cuarto quinquenio: Ozzy
 
 
Ozzy es un personaje que conoció Quarks Botton  en una tienda de disfraces, un tipo intrépido y divertido. Muchas veces se le vio rondar las calles cuando el sol aún se encendía, otras veces se le vio volar sin paracaídas y mientras eso sucedía war pigs sacudía.
 
Ozzy come galletas y toma té en las tardes con sus tías pues es todo un caballero de familia. Y como todos los habitantes de esta ciudad  Ozzy barre su casa todos los días. Los fines de semana Ozzy asiste a la iglesia de Doña María a donde Quarks Botton no asiste desde que llovió para arriba, pues se dice que allí comen obleas sin arequipe o mermelada y del queso ni se diga.   
 
Ozzy vive en un castillo embrujado de ahí que tenga la terrible maña de no salir en verano y cuando sus amigos le preguntan del por qué no salir en verano señala que tiene miedo de salir bronceado. Algunas veces Ozzy toca el teclado y ameniza el espectáculo de un circo de leones enjaulados y piratas embriagados. La última vez que Quarks Botton escucho a Ozzy este le recomendó no creer en astrología ni en ratas de alcantarilla que con grandes discursos inventan mentiras y se regocijan.
 
Quinto quinquenio: Ola Quarks
 
 
 
Quarks Botton se levanta como es costumbre cuando oye a su gato maullar.  El sol se apodera del asfalto, la noche ha muerto y un nuevo día llegó.  Pero antes de salir de su sótano a caminar, Quarks Botton recoge y guarda lo que ha quedado impregnado en el techo y las paredes de un sueño fugaz.  
 
Un día de estos, Quarks Botton divagando en su pensar, cruzo y giro en la esquina de la barra de un alegre y despreocupado bar y dando un paso al frente termino en la costa de un espeso y agitado mar. Y mientras avista grandes aves de rapiña por el cielo surcar,  por una gran ola con dientes afilados fue arrastrado y devorado dentro de aquel oscuro mal. Hasta que Quarks Botton oyó a su gato maullar.
 
Otro día de repente Quarks Botton cabalgando sin ensillar por un largo sendero recorrió caminos sin mirar hacia atrás, algunos lo llevaron por lugares muy apartados de la ciudad pero de una belleza sin igual, ríos de aguas de cristal,   frondosos árboles sin fin que alcanzar, montañas desde donde se podía observar los gigantes fundirse en un beso sabor a sal.
 
Epitafio

 
Aquí yace Quarks Botton jugador incansable  del azar que por observar las estrellas a un acantilado fue a parar. Pero aquí también yacen algunas noches trasnochadas, algunas velas gastadas, algunas copas usadas, algunas risas calladas, algunas ciudades caminadas, algunos cigarros fumados, algunos libros marcados, algunas fotografías tomadas y algunas horas perdidas.
 
Recuérdenme como aquel que vivió y murió pensando que para triunfar hace falta levantar los ojos a las estrellas y mantener los pies firmes sobre la tierra...hasta que oyó a su gato maullar 💤💤💤
 


 
 
  
 
       
 
 
 
        
 

     

 


Autobiografía ficcionalizada de Don Chernobil



Autobiografía ficcionalizada de Don Chernobil

Oscar Nicolas Méndez Ortiz




Miguel Mateos- Cuando Seas Grande



Uno de mis primeros recuerdos, inicia una mañana donde el ruido de la lluvia me despierta. Aunque sé que afuera está haciendo un frio terrible, yo estoy muy cómodo bajo el ala de mi mamá. Es un lugar muy confortable, donde me siento seguro y tranquilo, no quisiera salir de la cama, no quiero separarme de su lado.  Pero sé que es cuestión de tiempo para que la alarma suene y tenga que alistarme para ir al jardín.  Al cabo de unos minutos el reloj suena. Yo finjo estar dormido mientras que mi mamá se levanta, al poco tiempo vuelve al cuarto cantando una vieja nana, con un plato y un pasillo en las manos. Al ver que yo no respondo a su llamado, pronuncia una frase que hiela mis huesos. “Que tristeza mi lagartijita no despierta y estos ricos huevos con salchicha se van a enfriar, que lastima me tocará comérmelos” Tan pronto suena esta sentencia, me levanto de un salto de mi cama, los huevos con salchichas son mis favoritos, no puedo perder la oportunidad de comerlos.

Mientras estoy desayunando mi madre comienza a organizar la ropa y los preparativos para que yo salga a estudiar. Yo le digo que no tengo ganas de ir a estudiar, que no pasa nada malo si falto hoy al jardín, que no quiero ir. Me gustaría pasar todo el día a su lado. Pero ella, con una mirada dulce y una terrible ternura, me dice que eso no se puede “todos tenemos una obligación así como papá se tiene que ir por largo tiempo por su trabajo y yo tengo que hacer oficio en la casa, tu obligación es ir al Jardín, tiene que prepararte para cuando seas grande”. ¿Para cuándo sea grande?  Esta pregunta queda sonando en mi cabeza todo el día y comienzo a soñar con el futuro. Durante todo el día esa pregunta resuena en mi cabeza. Aunque un soy un niño, el paso del tiempo parece inminente, tengo que prepararme para ese mañana. ¿Qué quiero ser? ¿Quiero ser como mi padre? No, él siempre está fuera de la casa, casi nunca lo veo y cuando lo hago usualmente esta borracha o peleando con mi mamá. ¿Quiero ser como mi abuelo? Tampoco, él siempre se ve de mal genio, pocas veces sonríe. Aunque es bueno conmigo y me consciente, siempre me ha asustado su forma tosca y brusca de ser. Además, no me gusta el taller donde trabaja, todo esta tan sucio, lleno de grasa. ¿Quiero ser como mi madre? Nunca. Aunque ella es buena conmigo y siempre me consiente, constantemente la veo triste. Llora mucho y siempre se la pasa sola. No sé qué quiero ser cuando sea grande, pero sí sé que quiero verla feliz a ella. 

Al llegar el medio día, termina las clases en el jardín y mi abuela pasa a recogerme para llevarme a casa. Pero antes de ir a la casa, mi abuela decide pasar primero al taller de mi abuelo y saludarlo. Este sitio no me agrada mucho, porque siempre todo está sucio y hay mucho ruido. Sin embargo, en ese taller hay un lindo gato negro, el cual me gusta mucho y siempre trato de atrapar, aunque nunca no puedo ni siquiera acercarme a él.  Al ver este lindo gato, pienso que seria genial ser veterinario y tener muchas mascotas. Ayudar a todos los gatos y perros que hay en la calle. Ante tal revelación, quiero ir a casa rápido para contarle a mi mama que quiero ser cuando sea grande.

Pero, al llegar me encuentro con una gran desilusión, pues mi mamá no está. Le pregunto a mi abuela si sabe dónde esta ella y a que hora llega.  Mi abuela ha ce una extraña mueca, como de disgusto. Luego con un tono despectivo, me dice que no sabe, que seguramente está estudiando, para ser alguien muy importante o presentando su examen de validación. Yo no entiendo muy bien a qué quiere decir ella, pero es algo importante para mí mama, seguramente esa es una de sus obligaciones. No me agrada estar lejos de ella, me siento solo. Aunque mi abuela me cuida, no es lo mismo, no logro hacerme sentir cómodo ni tranquilo a su lado. Sin importar cuantos mimos me dé o me compre lo que yo quiera, nunca puede llenar el vacío que siento cuando no estoy con mi mama. Para huir de mi soledad busco entre las cosas de mi mama, un casete blanco y lo coloco en la vieja grabadora. Después de algunos minutos suena una curiosa canción, en donde vuelven hacer la misma pregunta. “¿Nene que quieres ser cuando seas grande?”. Mientras escucho la canción me acuesto sobre la cama y pienso en la dura carga que tengo bajo mis hombres. No sé qué quiero ser. Pero si se que no quiero decepcionar a mi mama, quiero que ella sea feliz, aunque no sepa cómo. Miro por la ventana, esperando que llegue pronto. En eso, veo la luna sobre el cielo y pienso que sería genial vivir en la luna.


" La pequeña habitación donde conocí el amor"


Uno de los lugares más significativos de mi infancia, fue el garaje donde viví con mi madre y mi hermano recién nacido, lugar donde tomamos esta linda foto. Esta experiencia marco muy fuerte mi vida y me dejo grandes enseñanzas. Comenzando porque pase de vivir de un apartamento grande, en donde tenía mi cuarto propio, televisión con cable y con unos abuelos sobreprotectores que cumplían todos mis antojos. Ha vivir en un sito frio, oscuro, lo suficientemente grande para tener dos camas armada y donde el resto de las cosas tenían que estar amontonadas en un rincón, ni siquiera tenía espacio para jugar con mis juguetes. Con un estilo de vida marcado por la austeridad y con la responsabilidad de ayudar con los cuidados de la casa y mi hermano.  Pase de ser un niño mimado que tenia todo solo con pronunciarlo, a ser el único apoyo de mi mamá.

Este momento de mi vida, fue marcado por grandes cambios, los cuales no solo modificaron la forma como vivía como ya lo mencioné, sino que también modifico permanentemente mi concepto de familia, alterando para siempre la relación con muchas de las personas que crecí y en quienes confiaba.  Todo esto cambios comenzaron con el anuncio del nacimiento de mi hermano menor, Juan Esteban.  Se supone que el nacimiento de un bebe debería significar una inmensa felicidad para una joven pareja organizada, en el caso de mis padres fue todo lo contrario. Aunque para mi mama y yo esta noticia nos colmó de mucha felicidad y expectativas para el futuro. En el caso de mi papá y mis abuelos paterno, fue todo lo contrario.

La antesala del nacimiento de mi hermano estuvo marcada por una etapa de muchos conflictos, engaños e infamia. Ha medida que avanzaban las peleas entre mis padres, fui descubriendo el lado más oscuro de mi papa y mis abuelos. En medio de los gritos, insultos e injurias, pude ver los hilos que se habían tejido mis abuelos alrededor de mi mama, mi hermano que aún no había nacido y yo.  Los tres estábamos en medio de una telaraña de mentiras, siendo pera de un horrible animal. La situación se tornó tan insoportable, a tal punto que antes que Juan naciera mis padres se divorciaron. De esos días recuerdo muy bien, el rostro de mi papá prometiéndome el cielo y la luna si dejaba a mi mamá y me iba vivir con mis abuelas y él. Aún recuerdo su cara de desilusión cuando le dije que yo no era como él, ni mis abuelos. Que no podía comprarme con lindos objetos y promesas vacías. Pues para mí, él ni mis abuelos no eran parte de mi familia, porque sus actos me habían ayudado a descubrir que son personas traicioneras, que te sonríen y tratan bien, mientras están afilando su daga para calvártela por la espalda. Que prefiere vivir en con necesidades, pero con personas que me quiere. Que vivir en una jaula de oro con gente que me traicionaran tan pronto baje la guardia o este débil.  

A los pocos días de rechazar la oferta de don Oscar, él volví a irse para su trabajo y no supe nada de él por un largo tiempo.  Desde que se fue de la casa, cesaron las peleas, pero eso no era suficiente para que retornara la calma. Una densa nube negra se había posado encima de mi madre, una profunda tristeza se marcó dentro de ella y apago el dulce brillo de sus ojos. Era muy difícil tener que escuchar que se enceraba en el baño a llorar durante horas y yo no podía hacer nada para detenerla, aún era un pequeño niño, que no podía hacer nada para cambiar lo que estaba sucediendo. Fueron meses duros, marcados por una terrible melancolía, hasta que por fin llego el gran día.

 El nacimiento de Juan Esteban rompió mi vida en dos. Su llegada fue como los primeros rayos de sol después de una terrible tormenta.  De repente mi majo volvió a sonreír y una extraña fuerza se apodero de ella. Por mi parte, también estaba maravillado con su presencia. Para mi nunca fue un problema tener que ayudar con sus cuidados, ni cuando tenia que ayudar cambiar sus pañales sucios.  Sabia que majo contaba conmigo para su cuidado y no podía decepcionarla ni fallarle a él. A los pocos meses del nacimiento de mi hermano, por fin nos fuimos de esa casa, para no volver a vivir con mis abuelos.

Como describí al inicio de esta historia, era un sitio humilde, y la situación financiera era muy apretada. Pero, eso no implico que viviera mal. Todo lo contrario, en este pequeño lugar, guardo los mas lindos recuerdos de mi infancia, como las primeras palabras con mi hermano, el pasar las noches con mi mama y juan en la misma cama viendo novelas en un pequeño televisor. Éramos con los tres mosqueteros (antes de la llegada de d'artagnan), entre los tres nos cuidábamos las espaldas. Siempre que estuviéramos juntos, nada nos iba detener.



Mi caída al mundo de los videojuegos


Crecer duele, pero no tanto como perdonar a las malas.  Durante el paso de mi niñez a la adolescencia, mi vida se tornó muy complicada y tortuosa, no solamente por el dolor que sentí en mi cuerpo al crecer.  Pues, por mi baja estatura y confección delgada durante esta etapa sufría de varias picadas y dolores en las articulaciones y extremidades, las cuales eran muy incomodas. El mayor dolor fue provocado por un nuevo cambio en la configuración de mi familia. La cual volvió a modificar mi relación con todos los que estaban a mi alrededor.  Despuse de vivir aproximadamente 3 años solo con mi hermano y mi mamá, don Oscar nos pidió perdón y al cabo de unos meses, comenzamos a vivir los cuatro juntos.

Fueron varios los motivos los cuales provocaron este desenlace, el cual me incomodo durante muchos años. Para empezar, luego del divorcio de mis padres, don Oscar paso por una mala racha. Comenzando con que perdió su trabajo inesperadamente. Paralelamente, luego de vivir unos meses con otra mujer. Fue estafado por ella, robándole la mayor parte del dinero que recibido de liquidación de su antiguo trabajo. Esto provoco que terminara en la calle, sin trabajo ni dinero. Esta mala racha fue de mal en peor, pues en el momento en que mas ayuda necesitaba de sus familiares, estos le dieron la espalda, negándole la ayuda y dejándolo solo con este gran problema.  Esto cambio mucho la personalidad de don Oscar, convirtiéndolo en un hombre menos arrogante y rompiendo la influencia que mis abuelos tenían sobre él.

Por otra parte. Lamentablemente mi hermano desde que nació tuvo varios problemas de salud, relacionados con su sistema respiratorio. Por lo tanto, eventualmente en las temporadas de lluvia o mucho frio, él se terminaba enfermando y siendo hospitalizado. Durante una de estas hospitalizaciones, don Oscar retorno a Bogotá. La ver el delicado estado de salud de mi hermano, y luego de pasar un tiempo con él en el hospital. Don Oscar no solo reconoció el error que cometió al negar a Juan como su hijo, sino que también comenzó a preocuparse mucho por él, entablando una relación afectiva muy fuerte, a simple vista, se notaba que los dos se quieran mucho.

Por ultimo. La situación de mi mamá no era nada fácil. Por tener que trabajar para mantenernos y las constantes visitas al hospital con Juan, ella no había logrado estudiar. Lo cual provoco que estuviera encasillada a trabajos pesados y mal remunerados.  Se sentía estancada y sabia que sola no iba a lograr salir de esta difícil situación.  Por otra parte, ella aún seguía teniendo sentimientos por don Oscar y la llenaba de felicidad ver que él tuviera una buena relación con mi hermano.

Ante esta situación, en una conversación difícil conversación con mi mamá, me toco decidir a mí, si aceptaba que don Oscar viviera con nosotros. No era una decisión sencilla. Pues, en mi memoria aún estaba marcadas muchas de las heridas del divorcio, de todas las formas en que trato a mi madre, el desprecio por mi hermano y la violencia económica que había ejercido sobre nosotros. Mientras que a otra mujer le daba la gran vida. En parte disfrutaba un poco de todo lo que le había pasado, y pensaba que era justo que viviera eso, me conformaba pensar que eso era parte de un castigo divino. Sin embargo, no podía negar que María José y juan lo necesitaban. Que no era justo con mi mamá que ella tuviera que gastar su vida en trabajos duros y mal remunerados, solo por mi odio. Tampoco era justo, negarle la posibilidad a mi hermano de tener una relación con su papá. Ante esta difícil situación, me vi obligado a sacrificar mi orgullo y velar por el bienestar de mi familia, por el bien de la mayoría.

Desde entonces si vida se volvió muy complicada, vivir con don Oscar era muy difícil para mí. Constantemente discutíamos, era un choque de poderes, entre su voluntad y la mía. Él era muy autoritario, he intentaba moldearme a su voluntad. Sin embargo, yo a él no lo reconocía como una figura de autoridad. Para mí, él era un colado dentro de mi circulo familiar, quien no tenia ni vos ni voto.  Dentro de esta lucha de poderes mi madre comenzó a apoyar a don Oscar, lo cual me provoco mucho dolor y me hizo sentirme traicionado.
Ante esta nueva forma de vida, donde constantemente me sentía subyugado por la voluntad de don Oscar, comencé a refugiarme dentro de los video juegos. Los locales de Xbox, poco a poco se convirtieron en mi lugar favorito. Este se debe principalmente a que dentro de los video juegos podía olvidarme de mi realidad. Ya no era mas Nicolas Méndez, un joven que no sentía que perteneciera a ningún lugar, el cual nunca resaltaba en nada y siempre se sentía solo. Era un intrépido héroe que siempre consigue la forma de conseguir su objetivo. Nada lo podía detener y siempre encontraba la forma de detener al mal y terminaba salvando al mundo.
Por otro lado, dentro de los locales de Xbox, comencé a conocer gente que compartían mis gustos, con quienes podía competir y divertirme.   Acá comencé a conseguir mis primeros amigos, con los cuales capaba clases para ir a jugar halo todo el día. De esta forma, en medio de una casa la cual sentía que no encajaba y el mundo de los videos juegos, deje mi infancia y entre a la adolescencia.


                                                     “Sergio, Andrés y David" 





Durante mis últimos años en el colegio conocí tres pelafustanes, los cuales con el paso del tiempo se convirtieron en mis mejores amigos. Con ellos he vivido muchas experiencias, pero sin duda, ninguna ha sido tan memorable como la primera vez que fui a rock al parque. Este evento estuvo marca por una capa de magia que lo convirtió en uno de mis recuerdos más felices.

Aunque ahora para mi ir a este evento se volvió algo habitual, o incluso mí el único ritual sagrado que celebro cada año. En ese entonces de mi vida, fue algo muy difícil. La convivencia en mi casa era muy complicada, como cosa rara. Pues, por un lado, María José se enteró que don Oscar le había vuelto a ser infiel. Esto provoco que su relación se fragmentara e inicio el proceso del segundo divorcio. Un proceso largo, tortuoso, lleno de conflictos los cuales duraron muchos años y produjo grandes heridas a todos los que estuvimos involucrados.

Por otro lado, a medida que fui creciendo, los conflictos con don Oscar se agudizaron y el obtener el permiso para ir a rock al parque, se convirtió en una pelea más.  Para don Oscar, rock al parque no era un evento adecuado para un “niño de bien”, pues en sus palabras, este sitio estaba lleno de mariguanera, “gente muy violenta que no le importara pasar por encima de un niño de casa”. El suponía, que permitir que yo entrara a este evento, implicaba exponerme a un montón de peligros, como: el ser agredido, perderme en un sitio que no conocía o a entrar al mundo de las drogas. Sin embargo, yo tenía un as bajo la manga, la cual negaba todas las objeciones que el presentaba, Y era aprovechar que quien tenía la última palabra era María José. Aprovechándome un poco de la ruptura de su relación, estrategia que use en varias ocasiones, no solo conseguí que me diera el permiso para ir, sino que también me regalo el buso que llevo en la foto.

De esta manera, el sábado 3 de noviembre, salí con mis amigos al ansiado evento. Desde que nos subimos al bus una extraña magia se sentía en el ambiente. Comenzando que fue la primera vez en mi vida que escuche que en un bus de Bogotá ponían música de AC/DC o que todos los pasajeros iban vestidos de negro y disfrutaban de estas legendarias rolas. En este extraordinario bus, partimos todos por la carrera que conducía al infierno (Highway to hell) a nuestra épica cruzada. Este bus, que seguía la mortal carretera, fue a parar en una dimensión paralela, en donde el Simón Bolívar estaba cubierto de nieve.  Mi emoción al ver al parque Simón Bolívar pintado de blanco, contrastado por el oscuro estilo de vestimenta de la comunidad metalera bogotana es indescriptible.  Pero no fue nada, comparado con la guerra de nieve que se armo en la entrada del parque. 

Sin embargo, antes de darme cuenta, el hielo que cubría el parque se había secado y el agua evaporado. De repente, la banda argentina Carajo comenzó a tocar un poderoso himno de los 90.  El olor a espíritu adolescente (Smells like teen spirit) inundo la plaza central del Simón Bolívar. Como unas polillas que son atraídas por un bombillo encendido, mis amigos y yo corríamos al centro de pogo, al ritmo de la poderosa canción de nirvana.  Para finalizar el día, escuche por primera vez y en vivo, las canciones del álbum “Raro” del cuarteto de nos. Tan pronto el cuarteto termino de tocar, retomamos el camino a la comarca. Esa noche llegue a mi casa, con un ojo morado, un dolor terrible en una costilla y una pierna. Además, de un terrible dolor de cabeza, que no sabia si era provocado por principios de gripa, el monto de humo y golpes que recibí en el concierto o el sermón de don Oscar.  Pero con una sonrisa dibujada en la cara, de haber alcanzado lo que quería hacer ese día y contar ahora con uno de mis mejores recuerdos.

"La peor pesadilla de mi vida”

En una noche de primavera, en donde todas las criaturas salen a buscar pareja y vivir la estasis de la pasión. Un joven lobo esta junto a su mejor amigo, el astuto zorro, descansan plácidamente en su cálida guarida, tomando cerveza y jugando videojuegos. Aunque los dos son jóvenes y pueden salir a cazar algo de carne fresca en esta noche de primavera, ambos han decidido pasar la noche en calma, sin alarmas ni sorpresas.

Sin embargo, de repente un fuerte mugido rompe la paz. Era un fuerte toro, amigo de la manada, quien llegaba con ánimos festivos a sacar del letargo a los dos jóvenes canes. El toro llego eufórico y con ánimos de celebrar con sus amigos, pues, después de una larga espera por fin a conseguido sus cuernos.  Los dos canes, de mala gana aceptan salir de su letargo a la vieja quebrada que esta cerca de la casa, a festejar junto a su amigo su gran logro.

Es una noche maravillosa para salir a buscar suerte. El clima es ideal, no hay ninguna nube que amenace tempestad. Además, la luna brilla sobre el firmamento acompañada por un centenar de estrellas. Por si esto no fuera suficiente, en la vieja quebrada las aves nocturnas tocan fuertes tonadas, que motivan a la locura y la desinhibición. Los tres amigos, disfrutando la música en vivo, toman por montones, ríen saltan y se embriagan de alegría, celebrando los logros del gran toro.

Tan pronto se acerca el amanecer, nuestros los tres amigos deciden volver a casa para descansar. Sin embargo, en medio del camino son sorprendido por ocho sombras, las cuales no traen buenas intenciones.  Las sombras al descubrir a los amigos embriagados y desarmados pretenden sacar provecho de su actual posición de vulnerabilidad, exigiendo un tributo a camio del paso en paz.  Entre el astuto zorro y el lobo, intentan disuadir a las sombras, buscando pasar este pasaje sin ningún conflicto, incluso aceptando pagar un tributo a cambio.

Sin embargo, el toro se siente muy ofendido, cuando una de las sombras pretende quitarle su gran cornamenta. Ceder su cornamenta nueva le parece algo inaceptable por lo que muestra resistencias a las intenciones de la sombra, lo cual desemboco en un conflicto, el cual no tenían oportunidad de ganar.  Desde la distancia el lobo y el zorro veían a su amigo resistir el cruel embate de las sombras. Esto provoco que el lobo, presa de la ira se lanzara ferozmente a la ayuda del toro, sin pensar en las consecuencias de entrar a una batalla perdida. Como era de esperarse, el combate fue corto y sangriento. Las ocho sombras arremetieron contra los cuerpos de sus víctimas, sin ninguna clemencia. Incluso el astuto zorro, quien había tratado mantenerse al margen del combate, termino sufriendo la ira de las sombras. De repente un hábil mago irrumpió en el combate, generando una potente luz que desvaneció las sombras el tiempo suficiente para que los tres amigos lograran escapar.

Al llegar a la guarida, los tres amigos logran ver la gravedad de sus heridas. El toro y el zorro están muy golpeados, pero no es nada preocupante, que con algunos días de reposo se soluciona. Pero la situación del joven lobo es muy diferente. Pues, el sufrió una terrible herida en su cuello, que ha provocado una terrible hemorragia. En su laméntale estado, el lobo con sus ultimas fuerzas sueltas un último aullido a la luna, en buscando ayuda. El cual es respondido por su manada, quienes acuden su llamado, pero llegan tarde.  En el suelo yace el cuerpo del lobo, envuelto en un charco de sangre.

Tic, top, tic top, De repente suena el despertado, aun quiero dormir un poco más.  He tenido una extrañó sueño, con un estúpido lobo. Quien corría en búsqueda de una muerte inminente. Me levanto de mi cama y camino hacia el baño, tengo que alistarme para salir a estudiar. Cuando entro al baño y me miro en el espejo, recuerdo que sucedió hace dos meses, entiendo mejor mi sueño. Tomo conciencia de mi nueva realidad, ahora se que no tengo a donde ir. Por lo tanto, solo doy media vuelta, entro a mi cama y finjo estar dormido, mientras el mal tiempo pasa.


"La despedida de Don Chernobil”

Aquí yace un hombre que su mayor convicción fue alcanzar sus objeticos, a su manera y su mayor riqueza, fue poder mirarse todos los días en el espejo, teniendo la certeza que lo que ha conseguido, no a sido a costa de pasar por encía del corazón de nadie.